INVESTIGADORES
BECERRA Lucas Dardo
congresos y reuniones científicas
Título:
Economía circular e innovación para el cambio social. Algunas reflexiones para ?no envasar vino nuevo en viejas odres?
Autor/es:
SEBASTIAN CARENZO; LUCAS BECERRA; PAULA JUAREZ
Lugar:
Rosario
Reunión:
Seminario; XII Seminario Internacional PROCOAS; 2016
Resumen:
En los últimos diez años, y en forma creciente, el tema de la innovación orientada al cambio social e impulsada para y por organizaciones de base ha evidenciado un interés antes inusitado. Hasta principios del presente siglo, la noción ?innovación? se asociaba casi mecánicamente con el desarrollo de productos y técnicas de producción orientadas al aumento de la ?competitividad? y el lucro de las empresas de capital. En especial, la relación problema-solución sobre qué es innovar estaba gobernada por lógicas de las llamadas industrias estratégicas, las gran inversión pública en infraestructura (por ejemplo de comunicaciones) y las instituciones de Ciencia y Tecnología. Ahora, la capacidad creativa para generar e implementar acciones basadas en el conocimiento -no restringido al saber formalizado- en temas como hábitat y vivienda, acceso a agua, producción y consumo en la agricultura familiar y gestión social de residuos, ha logrado captar la atención creciente de funcionarios e investigadores.Como parte de nuestra labor en el IESCT-UNQ venimos investigando y acompañando experiencias de innovación social desarrolladas por colectivos y comunidades que actúan en el campo de la gestión de residuos y el acceso al agua para consumo y producción. En el primer caso, acompañamos el desarrollo de un sistema de procesamiento de materiales plásticos recuperados en su fase post-consumo por parte de integrantes de una cooperativa de cartoneros del área metropolitana. En el segundo, somos parte de cuatro mesas de gestión local asociada (en la provincia del Chaco) que define estrategias de desarrollo territorial a partir del diseño, la implementación y la gestión de sistemas tecnológicos sociales donde el acceso al agua opera como dimensión clave para dinamizar procesos inclusivos y sustentables de alcance local. Más allá de las obvias diferencias existentes entre ambos casos, presentan algunas cuestiones en común que consideramos sumamente relevantes para problematizar las prácticas de innovación social. Estas cuestiones comunes pueden recuperarse desde dos niveles complementarios. Por una parte, un nivel que denominamos pragmático comprende el desarrollo de prácticas de (auto)fabricación de procesos, artefactos y formas de organización, y de los procesos socio-cognitivos asociados (p.e. ingeniería reversa, gestión de la tecnología, toma colectiva de decisiones). En éste sentido abren la posibilidad de indagar sobre las relaciones problema-solución que se configuran, las dinámicas socio-técnicas que se activan y las alianzas que se (auto)organizan en materia de la construcción de funcionamiento de procesos innovativos. Por otra parte, desde un nivel analítico es posible ponderar éstas experiencias de innovación social en función de su contribución para repensar el repertorio de categorías y conceptos desde los cuales se suele abordar estas experiencias tanto desde la gestión técnica como desde la producción académica.En este trabajo nos interesa profundizar en éste último sentido, en particular sobre el modo en el cual algunas conceptualizaciones, en particular para este paper el de ?economía circular? logran instituirse como marcos de referencia a la hora de abordar analíticamente y/o gestionar experiencias prácticas en ambos campos de prácticas. En forma sintética, esta categoría comprende procesos de producción y consumo basados en la reutilización y/o reciclado de materiales e insumos. Esto permitiría minimizar la incidencia de prácticas extractivas de recursos naturales ?vírgenes?, reducir el consumo energético global de prácticas de producción y consumo, así como desplazar éstos procesos de un modelo lineal de extracción-producción-consumo-disposición final. El mayor desarrollo de esta perspectiva de análisis ha sido realizado en el contexto de países desarrollados y con particular orientación hacia la producción industrial. Hasta el momento su mayor desarrollo focaliza en temas de ingeniería de procesos y artefactos susceptibles de ser diseñados con la mayor cantidad de ?bucles? de retroalimentación (loops) tanto para el mismo proceso o bien para alimentar otros articulados, a partir de un importante desarrollo de estudios de base empírica. En América Latina, la incipiente generalización del concepto no ha seguido el mismo camino. Prácticamente no existe literatura que referencie este tipo de orientación (estudios de caso, con orientación en innovaciones en ingeniería de procesos/artefactos). En contraste a nivel local, si bien algunas grandes empresas transnacionales incorporaron los principios de la economía circular, el concepto ha sido más activamente recuperado e impulsado por agencias que no se inscriben directamente en el plano empírico/productivo. Así, en el área de la gestión de residuos son cámaras empresarias, grandes ONGs internacionales e incluso agencias de gobierno a nivel nacional quienes están impulsando activamente ésta perspectiva pero prácticamente en virtual ausencia de relación con prácticas concretas desarrolladas desde experiencias empíricas.Por otra parte, en un primer nivel, sucede que cuando colectivos y organizaciones de base como las cooperativas de cartoneros y recuperadores se ven confrontadas con éstas conceptualizaciones de ?economía circular?, no pueden ver reflejada su propia práctica histórica basada en la recuperación de materiales para ser reincorporados en distintos procesos productivos. Si bien esto es taxativamente cierto, también lo es que esta condición no es reconocida automáticamente por los agentes que están impulsando esta propuesta reseñados en el párrafo anterior, o al menos no lo es en los mismos términos. Sólo a modo ilustrativo es posible señalar que las cooperativas se ven como ?tratadores? dentro del esquema de economía circular y las cámaras los ven como ?recuperadores/clasificadores? necesarios para que otros privados industriales se ocupen del ?tratamiento/procesamiento? en el mismo esquema. En ambos casos las organizaciones de base están ?incluidas? en el esquema, pero al mismo tiempo una y otra modalidad suponen también dinámicas de inclusión/exclusión en función del rol asignado en cada caso.En un segundo nivel, la economía circular comienza a generar marcos interpretativos nuevos asociados a estrategias de desarrollo local. A partir de romper con la unidad clásica de producción (una fábrica en cualquiera de sus forma legales) es posible pensar formas de desarrollo social para poblaciones aisladas donde la ?lógica circular? construye mecanismos que maximizan (en la medida que no siguen una racionalidad lineal) el potencial de los recursos de un territorio. Múltiples formas de usar una misma dotación de agua, reprocesándola y reutilizándola permite aprovechar al máximo un recurso sumamente escaso en muchas localidades de las zonas semi-áridas y áridas de América Latina. Al igual que en el caso anterior, la irrupción de nuevos conceptos desata procesos de re-adecuación socio-técnicas de prácticas, lenguajes e instituciones. Son los actores del territorio (las mesas de gestión, los vecinos, los maestros, los bomberos, el intendente, los efectores públicos) quienes significan y resignifican nuevas y viejas prácticas tecno-cognitivas (por ejemplo, técnicas de construcción, tecnologías de captación y almacenamiento de agua, técnicas de producción de alimentos) en función de nuevas estrategias que vinculan cambio social, desarrollo comunitario y economía circular. En este sentido esta presentación condensa una primera reflexión sobre estos procesos en curso orientada a recuperar una perspectiva sobre los desafíos, límites y posibilidades de la perspectiva existente sobre ?economía circular?, así como la posibilidad de contribuir desde distintas formas de organización colectiva para reformular, resignificar y/o interpelar dichas propuestas.