INVESTIGADORES
BRACAMONTE Lucia
congresos y reuniones científicas
Título:
Singularidad de la vida cotidiana en los territorios australes. Santa Cruz y Magallanes (1880-1900)
Autor/es:
LUCIA BRACAMONTE
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; Tercer Encuentro Argentino-Chileno de Estudios Históricos; 1999
Institución organizadora:
Museo Roca
Resumen:
Hacia el final del siglo XIX la población de Santa Cruz y Magallanes supera una etapa signada por la transitoriedad en los asentamientos, para iniciar la configuración de una sociedad estable. Del mismo modo que las modificaciones político-económicas, las transformaciones desde el punto de vista social contienen indicadores relevantes para observar la conformación y el funcionamiento de la nueva comunidad regional. El objetivo de la presente investigación es caracterizar las condiciones de existencia de los hombres y mujeres de esta zona entre 1880 y 1900, llevando a cabo un análisis de tipo comparativo, que permita detectar semejanzas y diferencias en la dinámica de los mencionados espacios. Partimos de la convicción de que la vida cotidiana es un campo privilegiado para observar los vínculos familiares, laborales y de sociabilidad, que se delinean como un entramado significativo en sí mismo y que proporciona la base para ampliar los lazos y configurar el conjunto social. Por lo tanto, constituye un objeto de estudio válido para comprender ciertos aspectos del desenvolvimiento de las sociedades.Las fuentes consultadas son, por un lado, de carácter cualitativo, consistiendo fundamentalmente en escritos de viajeros, pobladores y exploradores contemporáneos, y, por otro, de naturaleza cuantitativa, centradas en los datos proporcionados por el Segundo Censo Nacional de Población, llevado a cabo en Argentina en 1895. Podemos agrupar los acontecimientos de la cotidianeidad que hemos analizado eligiendo el criterio de la regularidad. Sin embargo, la vida cotidiana no implica únicamente repetición, estabilidad y permanencia, sino también transformación. Esto último se percibe particularmente en la región abordada, que se halla en una etapa de estructuración y cambio. Los ámbitos urbano y rural, que hemos discriminado en el análisis, sufren el impacto de una alteración demográfica de carácter cuantitativo y cualitativo. En el territorio santacruceño, los centros poblados nacen y crecen al servicio del campo circundante. A su vez, estos sistemas de relaciones guardan una estrecha vinculación con Punta Arenas, que es en esta época una auténtica metrópoli. Existen, por lo tanto, diversos grados de interdependencia entre estos espacios.La interconexión se expresa en un movimiento constante de trabajadores, víveres, mercaderías, noticias, etc., que revela la existencia de nexos entre los puntos mencionados. Esta dinámica de carácter regional se manifiesta en la vida cotidiana, ya que determinados aspectos de la misma son compartidos indistintamente por los habitantes de ambas subregiones.La existencia en la zona austral se caracteriza, en líneas generales, por el aislamiento, la rusticidad y la sencillez. Sin embargo en los pueblos, especialmente en Punta Arenas, el grado de complejidad es mayor que en el campo. Esto se debe en gran medida a que, por su naturaleza intrínseca, la urbe reúne en un mismo entorno todas las clases sociales y las manifestaciones de sus vidas, que se entremezclan y superponen.Es una fase de transición entre una sociedad pionera, individualista y de frontera, y otra en la cual tanto los grupos sociales como las normas y el aparato de poder político-económico se organizan y estabilizan. Debido a ello los habitantes a los que hemos hecho referencia se encuentran en un ambiente en el cual las reglas de comportamiento se están definiendo, otorgando cierto grado de libertad para el accionar individual. Esto se comprueba especialmente en el desenvolvimiento de las relaciones intergenéricas.En conclusión, la vida cotidiana refleja y sufre el proceso de constitución de las estructuras fundamentales de la región santacruceño-magallánica que se opera a fines del siglo XIX. Paulatinamente, la existencia en los espacios patagónicos va adquiriendo una nueva fisonomía, manifiesta en un estilo de vida peculiar que se desenvuelve con lógica propia.