INVESTIGADORES
BRACAMONTE Lucia
congresos y reuniones científicas
Título:
Voces e imágenes femeninas en revistas bahienses de la década de 1930
Autor/es:
LUCIA BRACAMONTE
Lugar:
Buenos Aires
Reunión:
Congreso; VI Jornadas de Historia de las Mujeres y I Congreso Iberoamericano de Historia de las mujeres y Estudios de Género; 2000
Institución organizadora:
Facultad de Filosofía y Letras, UBA
Resumen:
Durante la primera mitad del siglo XX se produce la emergencia de una escritura femenina tendiente a delinear los rasgos específicos del universo de las mujeres.El objetivo que persigue esta indagación es analizar la presencia femenina en las revistas bahienses de la década de 1930. Se abordan dos niveles interrelacionados: por un lado, las voces, es decir, su participación como directoras y redactoras; por otro, las imágenes que con respecto a las mujeres proyectan los artículos contenidos en dichos órganos. Incursionar en estas dos vías permite ahondar en un aspecto singular de las relaciones intergenéricas. Los circuitos de acción femeninos y masculinos en el ámbito periodístico forman parte de la organización social general de las relaciones entre los sexos, basada en las reglas del género construidas por esta comunidad particular.Se parte de la hipótesis de que en esta etapa se produce una reconceptualización discursiva que no altera los fundamentos simbólicos básicos del modelo femenino tradicional. La investigación se realiza en base a las revistas publicadas en Bahía Blanca en la época señalada, poniendo énfasis en tres de ellas, que se declaran transmisoras de los intereses femeninos: Optimismo, Alas y Bahía Blanca. La aparición de los órganos femeninos sugiere varias reflexiones. Por un lado, constituyen intentos exitosos de escapar a la subordinación cultural. Por otro lado, perpetúan la diferenciación y jerarquización entre espacios de varones y de mujeres. El discurso periodístico responde a un sistema de ideas que lo excede. Tanto los escritores como las escritoras trazan dos imágenes de las mujeres de la época, una marcada por rasgos tradicionales y otra que enfatiza aspectos modernizadores. Las diferencias residen en que los varones ponen el acento en la primera, mientras que las mujeres delinean minuciosamente las dos. Regresando a la hipótesis planteada en el comienzo, la verificamos parcialmente. En el caso del discurso masculino, se produce una reconceptualización discursiva que no altera los fundamentos básicos del modelo femenino tradicional. No ocurre lo mismo con el femenino que, si bien mantiene como sustrato los rasgos esenciales de este arquetipo, incorpora al mismo algunas variaciones que evidencian las transformaciones en la condición de las mujeres. El discurso femenino se caracteriza por su afán conciliador, mientras que el masculino cataloga con signo positivo la imagen tradicional, censura algunos cambios y silencia cuestiones esenciales en el debate contemporáneo sobre la posición de las mujeres. Estos mecanismos del discurso masculino intentan inmovilizar el sistema de relaciones intergénericas. Por otra parte, el afán conciliador del discurso femenino abre una puerta a la transformación. Este punto nos muestra las adecuaciones de un ideario social a los cambios, confirmando que los sistemas de ideas no pueden evolucionar desconectados de la realidad. Las prácticas discursivas se desenvuelven en el marco de un entramado social dado, que les otorga sentido y determina sus funciones. Bahía Blanca, cuyas estructuras se han transformado merced al denominado proceso de modernización, aglutina fuerzas que se debaten entre la conservación y el cambio. El discurso femenino recoge estas tensiones y las articula.Son estrategias que debemos distinguir de los planteos feministas, que tienen una intención manifiesta de cambio en función de la cual despliegan acciones concretas. Estamos ante un indicio que plantea una vía para futuras investigaciones: las formas en que las mujeres penetran en los intersticios simbólicos y aportan sin proponérselo conscientemente a un replanteo de la condición femenina.