PERSONAL DE APOYO
GUROVICH Fernanda Mariel
congresos y reuniones científicas
Título:
Significado funcional del sifón aéreo en Pomacea canaliculata (Caenogastropoda, Ampullariidae)
Autor/es:
GUROVICH, FERNANDA MARIEL; MARTÍN PABLO RAFAEL
Lugar:
Puerto Madryn
Reunión:
Congreso; VIII Congreso Latinoamericano de Malacología (CLAMA); 2011
Institución organizadora:
CENPAT
Resumen:
Los ampuláridos son considerados caracoles anfibios, ya que presentan una branquia y un pulmón aéreo que es ventilado a través de un sifón extensible. Entre los miembros de esta familia dulciacuícola, los del género Pomacea son los que presentan un sifón más desarrollado. Se han propuesto dos hipótesis acerca de la función del sifón: el mismo permitiría alcanzar la superficie a través de la vegetación flotante, o evitaría la detección por parte de aves malacófagas. El objetivo del presente estudio fue investigar, a través de experimentos en laboratorio, el comportamiento de ventilación pulmonar y poner a prueba la primera de estas hipótesis. Se realizaron dos experimentos con barreras artificiales que impedían el paso de los caracoles pero permitían el del sifón. En el primero se utilizaron acuarios divididos en cinco compartimientos, cuatro de los cuales poseían barreras horizontales a distintas profundidades y un quinto carecía de ella. En el fondo de cada compartimiento se colocó un caracol y alimento. Se observaron durante dos horas, registrando para cada tratamiento el número de ventilaciones y de intentos fallidos. El sifón permitió a los caracoles ventilar a través de barreras infranqueables pero su eficiencia disminuyó con la profundidad de la barrera. Los caracoles fueron incapaces de ventilar con barreras ubicadas a profundidades mayores que el largo de la conchilla. La presencia de barrera en la superficie del agua no tuvo efecto sobre la ventilación, aunque en ausencia de la misma varios caracoles emergieron parcialmente para ventilar. El segundo experimento se realizó en un acuario dividido en dos sectores: uno con una barrera horizontal a nivel de la superficie del agua y otro con una barrera oblicua que generaba un gradiente continuo de profundidades. Se colocaron siete caracoles y alimento en el fondo de ambos sectores, en el extremo donde la profundidad de la barrera oblicua era mayor. Se registraron las actividades durante doce horas. Los caracoles intentaron ventilar sin alejarse demasiado del alimento, ya que el número de intentos de ventilación disminuyó con la distancia al mismo; no se observaron ventilaciones donde la profundidad de la barrera superaba el largo de la conchilla. Con el pasar de las horas, los individuos se dispersaron hacia zonas con barrera a menor profundidad, aunque en pocos casos lo suficiente como para lograr ventilar.