El poeta filósofo y el filósofo poeta. Una aproximación a las relaciones estéticas entre Leopoldo Marechal y Jacobo Fijman

ENZO CARCANO

Leopoldo Marechal y el canon del siglo XXI

EUNSA

Lugar: Pamplona; Año: 2017; p. 185 - 203

Aunque suele pensarse en Jacobo Fijman solo como un personaje pintoresco ("el más loco y más tierno de los poetas argentinos" al decir de Francine Masiello) y a menudo se lo recuerda por las desdichadas circunstancias que lo llevaron a pasar los últimos veintiocho años de su vida internado en una institución psiquiátrica, lo cierto es que el estudio de su obra contradice esta visión reduccionista. Uno de los que más tempranamente advirtió este hecho fue Leopoldo Marechal, quien además de inspirarse en Fijman para crear el personaje de Samuel Tesler, compartiría con él un lugar en la vanguardia porteña y, posteriormente, el alejamiento de Martín Fierro: alrededor de 1930 (según él mismo narra en "Claves de Adán Buenosayres"), Marechal sufre una "profunda crisis espiritual" que lo mueve a buscar el fundamento (el meollo) de las "exterioridades" del arte literario, la razón última de las cosas. Entretanto, Fijman, de origen judío, se convierte a la fe católica en abril de 1930 luego de un proceso de acercamiento de varios años, y concibe su poesía como "entendimiento del misterio" y "adoración de Dios". A partir de estos momentos de transformación, las trayectorias poéticas de Fijman y Marechal "breve y dispersa una, extensa y de sorprendente cohesión la otra" conformarán, aunque de modo diverso, sendas búsquedas de una realidad trascendente, verdaderos proyectos estéticos sobre el rol y la función de la poesía y del poeta frente a Dios. En el presente trabajo, con el objeto de señalar estas convergencias y divergencias, propongo una aproximación a algunos textos poéticos y metapoéticos de ambos artistas.