INVESTIGADORES
RICCONO Guido
congresos y reuniones científicas
Título:
Universidad y Peronismo: Un análisis de los profesores de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires entre los años 1943 y 1955
Autor/es:
MARTÍNEZ DEL SEL VALERIA Y RICCONO GUIDO
Lugar:
San Salvador de Jujuy
Reunión:
Congreso; Tercer Congreso de Estudios sobre el Peronismo (1943-2012); 2012
Institución organizadora:
Universidad Nacional de Jujuy
Resumen:
Introducción El Golpe de junio de 1943 puso fin a un régimen caracterizado por sus prácticas fraudulentas y corruptas, en este sentido contó con el apoyo mayoritario del arco político. La heterogeneidad del movimiento de junio era innegable, aunque rápidamente el sector nacionalista y católico se erigió como hegemónico Prontamente las universidades fueron puestas al servicio de este proyecto político. La intervención de las universidades del Litoral y la de Cuyo iniciaron el programa de transformación de las casas de estudio que se proponía el gobierno, a las que luego seguirían las universidades de Buenos Aires y La Plata. Entre las medidas, estaban las cesantías y persecuciones a profesores y estudiantes, fórmulas que se habían repetido durante la década de 1930. Comenzaban a delinearse dos rumbos para las instituciones superiores que no eran nuevos pero que obtuvieron mayor relevancia a partir de este momento. Por un lado, la universidad, en la voz de los nuevos interventores, debía retornar a sus fines originarios corrompidos por las prácticas introducidas por la tradición reformista. Por el otro, se exigía una universidad con un vínculo más estrecho con la sociedad.             Hasta 1946 los conflictos políticos a nivel nacional no estaban resueltos. El golpe de junio de 1943 abrió un nuevo escenario de disputas que culminan en 1945 con la apertura a elecciones nacionales. Ante la ausencia de una dirección hegemónica del estado nacional, la universidad fluctuó entre períodos de cerrada autonomía y de abierto intervencionismo en sólo 3 años. En febrero de 1945, antes de la presidencia de Perón, comenzó un proceso de normalización de las universidades, estableciéndose la vigencia de los estatutos suspendidos en 1943, el fin de las intervenciones y la reincorporación de los docentes cesanteados[1]. En pocos meses se eligieron nuevas autoridades universitarias que poseían un claro perfil contrario a las autoridades nacionales, intentando barrer al interior de las casas de estudio con las huellas del proyecto nacionalista. En este período el cuerpo universitario fue tomando un rol protagónico encarnando el espacio opositor al régimen identificado cada vez más como autoritario, antiliberal y antidemocrático. La comunidad universitaria canalizó y dio expresión a las aspiraciones políticas de las clases medias, y frente a la prohibición de los partidos para desempeñar su función de representación de esos ideales democráticos, resultaron sus intérpretes para la lucha por estos valores políticos. (Graciano, 2008).             Por último, desde el golpe de 1943 la persistencia en la política de neutralidad ante la guerra, la clausura de las organizaciones antifascistas y la cesantía de numerosos profesores universitarios, encontraron a los defensores de la universidad liberal reformista en el desarrollo de una fuerte resistencia política tanto a los gobiernos militares como al ascenso de Perón, a quienes identificaban como delegados del fascismo argentino. La figura del entonces Coronel Perón cristalizaba para los opositores la representación del caudillismo y el fascismo criollo, instaurando el mote de naziperonista y rosista, identificación que gozaría de larga vida en el imaginario político nacional (Bisso, 2007). “El peronismo, engendro tardío de una larga gestación nazi incubada en la Argentina, no pudo mantener largamente su secreto. (...) El peronismo es nazismo, y lo es tanto más cuanto más se empeña en disimularlo” (E. Giudici en Antinazi, 1946; en: Bisso, 2007).             Con la asunción de Perón como presidente en febrero de 1946, se intensifica la  creciente escalada de polarizaciones al interior de la UBA de la que la Facultad de Filosofía y Letras no resultó ajena. El estado tuvo con la dirección de Perón una clara orientación que enfatizaba un fuerte intervencionismo en el seno de la sociedad. La universidad, con los postulados reformistas vigentes y defendidos por parte de los sectores que la dominaban, comienza una larga década de cambios, contradicciones y continuidades. [1] Decreto PEN Nº3157/945 firmado por el Presidente Farrell el 10 de Febrero de 1945 que declara reincorporados a todos los profesores titulares, extraordinarios y adjuntos declarados cesantes en 1943.