INVESTIGADORES
SUAREZ Maria Victoria
congresos y reuniones científicas
Título:
Las ferias como circuitos cortos de comercialización en la agricultura familiar. El caso del grupo pre-cooperativo Progreso Familiar de la Región Banda-Centro en Santiago del Estero
Autor/es:
SUAREZ, MARIA VICTORIA; ROSA G. SARMIENTO; SUSANA CORVALÁN
Lugar:
Santiago del Estero
Reunión:
Encuentro; Encuentro de Jóvenes Investigadores/13; 2015
Institución organizadora:
Fundación EL COLEGIO DE SANTIAGO e INDES
Resumen:
El proceso de modernización agraria ha expandido la lógica del mercado capitalista, caracterizada por la maximización de las ganancias, la ampliación de escala, la intensificación de capital y una visión de tipo impersonal. De esta forma, se instaló ?una manera de ver al mundo rural donde la modernización suele ser concebida como un proceso necesario e inevitable? que generó gravísimas consecuencias y resultan evidentes cuando se observa el ?éxodo rural, una agricultura sin agricultores, la caída de las fuentes de trabajo en el sector agropecuario y el deterioro del medio ambiente? (Casenave 2013: 21).Asimismo, este tipo de mercado, en especial el de materias primas y alimentos, ha ido profundizando cada vez más las asimetrías y el grado de dependencia de los agricultores familiares debido a que se imponen fuertes presiones de adaptación y reglas de higiene, calidad, estandarización y homologación (Paz, Jara y Nazar 2013). En este contexto, las formas de producción y comercialización de la Agricultura Familiar son vistas como actividades que no aportan a la economía y en consecuencia no pueden ser percibidas como un componente para el desarrollo. Sin embargo, desde fines de los años 1980 y principios de 1990, con el surgimiento del paradigma neoestructuralista de la mano de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), emergieron nuevas miradas a cerca del desarrollo rural en general y del papel de la agricultura y el pequeño productor en particular. Desde esta nueva perspectiva se sostiene que la política agraria debe reconocer la heterogeneidad de los productores y diseñar políticas públicas diferenciadas. Para esto, resulta necesario promover no sólo las innovaciones tecnológicas sino también estimular los mercados de la agricultura familiar haciéndolos más competitivos (Jara, Rodríguez Sperat y Manrique, 2014). A esta postura se suman las diversas experiencias que vienen siendo estudiadas por distintos investigadores (Van der Ploeg 2007 y 2010; Paz 2006 y 2011; Lacroix y Cheng 2014; Sotomayor 2014), las cuales rescatan el hecho que los agricultores familiares han podido desplegar estrategias dentro y fuera de sus predios diversificando la producción, generando valor agregado, intensificando la mano de obra familiar y construyendo nuevos tipos de intercambio más justos, equitativos, sustentables y donde sus formas de producir adquieren significado. En este sentido, las Ferias de la Agricultura Familiar se han instalado como modelos alternativos de comercialización que se construyen en un marco de confianza a partir del contacto cara a cara entre productor y consumidor. Dos Anjos (2005) agrega que estos espacios no representan sólo un segmento de ventas al por menor tendiente a mejorar la posición de negociación de los productores-feriantes, sino que también representan un espacio público que tiene un importante papel en relación a la visibilidad del sector. Por lo tanto, las políticas públicas resultan fundamentales para hacer efectiva dicha visibilizacion. Partiendo de estas consideraciones, nuestra investigación analiza la experiencia del grupo Pre-Cooperativo ?Progreso Familiar? de la región Banda-Jiménez de la provincia de Santiago del Estero. Sus miembros organizaron una feria que funciona actualmente en la Universidad Nacional de Santiago del Estero. La importancia de este proceso se debe a que convergen una lógica de producción-circulación que evidencia el potencial de los agricultores familiares y un acompañamiento técnico por parte de la Secretaría de Agricultura Familiar (SsAF) de Santiago del Estero para el fortalecimiento de estos espacios.Se propone analizar los factores que hicieron posible la emergencia de la feria y su posterior constitución como grupo pre-cooperativo, las instituciones y actores que gestionan y participan del espacio, las valoraciones que realizan los actores sobre la feria y las estrategias de comercialización conjunta desplegadas por los feriantes. En cuanto a lo metodológico se trabajó con entrevistas a los productores-feriantes con el objetivo de indagar en las valoraciones y las estrategias de comercialización conjunta. Se realizaron también entrevistas a los técnicos de terreno de la Subsecretaría de Agricultura Familiar que participan de la organización de la feria. Se consultaron documentos disponibles de la Subsecretaria de la Agricultura Familiar para conocer las políticas en que se enmarca la experiencia. Podemos adelantar como conclusión que las ferias permiten que los productores sean vistos como verdaderos actores del desarrollo local aportando con su producción diversificada. Potencializar dichas actividades, resulta fundamental para avanzar en la conquista de mayores políticas públicas. Para esto es importante el compromiso que asumen las instituciones públicas que apuestan a un desarrollo rural a partir del fortalecimiento de las organizaciones de pequeños productores y la capacitación como herramienta para alcanzar formas transparentes de participación, decisión y control institucional. Cumplen este rol la Subsecretaría de Agricultura Familiar de la provincia de Santiago del Estero y la Universidad Nacional de Santiago del Estero. La primera a través del acompañamiento técnico; la segunda aportando el espacio para la visibilización del sector y capacitación en prácticas productivas y de emprendimiento para los agricultores familiares que participan de la feria.