INVESTIGADORES
BARANDIARAN Soledad
congresos y reuniones científicas
Título:
MYCOBACTERIUM FORTUITUM EN DOS SCHNAUZER MINIATURA DE BUENOS AIRES
Autor/es:
MARCELA MARTINEZ VIVOT; BARANDIARAN; SATEK; GARCÍA; FALZONI ELVIRA; DUCHENNE; MARTIN JOSE ZUMARRAGA
Reunión:
Otro; XIX Reunión Científico Técnica de la AAVLD; 2012
Resumen:
Introducción Las infecciones micobacterianas son causadas por bacterias que pertenecen al orden Actynomicetales, familia Mycobacteriaceae género Mycobacterium. La denominación de tuberculosis, corresponde a aquella enfermedad zoonótica producida por el complejo Mycobacterium tuberculosis siendo Mycobacterium tuberculosis y Mycobacterium bovis  los agentes etiológicos más importantes que afectan a los carnívoros domésticos. En los perros, esta enfermedad se caracteriza por producir cuadros caquectizantes, fiebre, linfoadenitis y anatomopatológicamente, por el desarrollo progresivo de lesiones nodulares parenquimatosas llamadas granulomas o tubérculos. Sin embargo, hay otras micobacterias que no pertenecen a este complejo y que aunque son saprófitas, se comportan como verdaderos oportunistas, causando en algunos casos lesiones similares e indistinguibles de la tuberculosis. Tal es el caso de Mycobacterium fortuitum (M. fortuitum), clasificado en el grupo IV de Runyon y reconocido como micobacteria no tuberculosa, de rápido crecimiento, no pigmentada y que puede aislarse de diferentes hábitats acuáticos y del suelo (1). Tanto en los seres humanos como en los animales, la mayoría de las infecciones causadas por M. fortuitum  están asociadas a individuos con alguna enfermedad de base inmunosupresora. Las infecciones de piel y subcutáneo, abcesos piógenos y reacciones inflamatorias crónicas seguidas de la formación de fístulas son las manifestaciones más frecuentes y se deben generalmente a la contaminación de heridas durante las cirugías o en la aplicación de inyecciones (2). Así también han sido descriptas endocarditis, osteomielitis, meningitis, peritonitis, infección urinaria crónica, infecciones pulmonares y enfermedad sistémica diseminada. El tratamiento más eficaz frente a estos microorganismos es la escisión quirúrgica de todos los tejidos afectados, pero en caso de no ser posible esta acción debe utilizarse antibioticoterapia (3). El objetivo del presente trabajo es notificar el aislamiento de M. fortuitum  a partir de biopsias de linfonódulos mesentéricos y preescapulares de dos caninos Schnauzer miniatura en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Materiales y métodos: Caso clínico 1: a principios de julio de 2010, fue presentado a la consulta veterinaria un canino macho de 2 años de edad de raza Schnauzer miniatura, color sal y pimienta, con una lesión en la piel tipo granulomatosa, en el flanco derecho. Se realizó la escisión quirúrgica para diagnóstico histopatológico que arrojó como resultado: lesión piogranulomatosa/celulitis. En enero de 2011 presentó una claudicación del miembro posterior izquierdo y dolor a la palpación de la columna sacra, revelado por tacto rectal y se lo medicó con Tramadol y Dexametasona. Se sospechó de ruptura de ligamento cruzado y se lo sometió a una cirugía reparadora. Asimismo el examen objetivo particular evidenció foliculitis en el lomo, por lo cual se indicó terapia antibiótica local. En abril de ese año, se realiza una nueva consulta por decaimiento progresivo, caquexia y dolor en la columna a nivel lumbosacro. La interconsulta con un traumatólogo confirmó que el dolor que presentaba el perro era por una discopatía lumbar, y que no se debía a la ruptura del ligamento cruzado, por lo que en mayo se lo operó de una hernia discal. En agosto continuó con depresión, intenso dolor abdominal y postración, por lo que se programó una laparotomía exploratoria. La misma reveló peritonitis, múltiples adherencias en la raíz del mesenterio y lesiones granulomatosas compatibles con tuberculosis. Se tomaron muestras para realizar el diagnóstico histopatológico y etiológico a partir de biopsias de un linfonódulo mesentérico de 5 cm de diámetro y del hígado. Los resultados revelaron hepatitis y linfoadenitis granulomatosa, ambas muestras presentaron numerosos bacilos AAR a la coloración de Ziehl Neelsen. El paciente recibió Dexametasona y fisioterapia, pero ante la desfavorable evolución, se practicó la eutanasia. Caso clínico 2: a principios de 2012 fue presentado a la consulta un canino, macho de 3 años, Schnauzer miniatura, con anorexia e intenso decaimiento. La anamnesis reveló que en 2011 había presentado un absceso fistulizado en medial del miembro posterior izquierdo, que remitió al ser tratado en forma conjunta con Metronidazol y Ciprofloxacina por vía oral. Al examen objetivo general, el paciente presentó mucosas moderadamente pálidas, temperatura de 41°C, aumento de tamaño de los linfonódulos preescapular izquierdo y poplíteos, estando el submaxilar  fistulizado y drenando una secreción similar a la de la lesión presentada el año anterior. Se procedió a la punción con aguja fina (PAF) de los linfonódulos submaxilar derecho y pre escapular izquierdo arrojando un resultado compatible con una adenitis granulomatosa y la presencia de bacilos AAR con la tinción Ziehl Neelsen. Ante la sospecha de una infección micobacteriana, se practicó una biopsia del linfonódulo preescauplar izquierdo y se remitió la muestra para cultivo y tipificación. El paciente  recibió una terapia antibiótica de Claritromicina 15mg/kg cada 12hs y Enrofloxacina 5mg/kg cada 12hs, durante tres meses. Luego del resultado del cultivo se modificó el tratamiento y se suministró Doxicilina 70 mg cada 12 hs y la misma dosis de Claritromicina. El paciente se ha recuperado satisfactoriamente. En ambos casos clínicos, las muestras remitidas para el diagnóstico etiológico fueron procesadas por el método de Petroff, y cultivadas en los medios Löwenstein-Jensen, y Stonebrink. Las colonias emergieron entre una y dos semanas de incubación a 37ºC y fueron tipificadas por técnicas moleculares. En todas las muestras, M. fortuitum fue identificado por las características del crecimiento, el tiempo de desarrollo y por medio de la técnica de PRA (PCR-Restriction Analysis) (4). La técnica consiste en la amplificación por PCR de un fregmento del gen hsp65 que codifica la proteína del estrés térmico de 65kDa, seguido de una digestión con las enzimas de restricción BstEII y HaeIII. La separación por electroforesis en agarosa de los fragmentos de restricción define un patrón característico de la especie de micobacteria.  Conclusiones: Las micobacterias de crecimiento rápido como M. fortuitum no representan un riesgo zoonótico importante ni de transmisión entre animales. Sin embargo,  habría que aconsejar la desinfección de heridas infectadas y evitar el estrecho contacto de la mascota con sus dueños, especialmente con aquellos que padecen patologías crónicas o trastornos en el sistema inmune. Debido a la similitud de las lesiones que ha producido M. fortuitum con tuberculosis, se debe siempre recomendar la tipificación de las micobacterias aisladas para poder implementar las medidas preventivas pertinentes. Con respecto al segundo caso de estudio, donde el perro continúa vivo, deberá permanecer bajo estricto control veterinario.