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Estamos insertos en un pasaje histórico que se aleja del pensamiento de la ciudad en su visión física, tal como podría pensarse desde cierta disciplina arquitectónica, y que propugna por la observancia de la "ciudad de los imaginarios urbanos", marcada por una multiplicidad de acercamientos y de miradas. El fenómeno de lo urbano empieza a exceder al fenómeno ciudad. El peso de los medios de comunicación reconfigura las relaciones de vecindad, de barrialidad, de territorialidad, de usos del espacio público y del espacio privado. Las múltiples vivencias de la ciudad generan también múltiples puntos de vistas. Estos puntos de vista generan proyecciones en los ciudadanos, quienes construyen de esta manera mapas o croquis, que representan la forma personal que tienen de aprehender el fenómeno urbano, y que aparecen como formas particulares de lecturas. El fenómeno de lo urbano empieza a exceder al fenómeno ciudad. El peso de los medios de comunicación reconfigura las relaciones de vecindad, de barrialidad, de territorialidad, de usos del espacio público y del espacio privado. Las múltiples vivencias de la ciudad generan también múltiples puntos de vistas. Estos puntos de vista generan proyecciones en los ciudadanos, quienes construyen de esta manera mapas o croquis, que representan la forma personal que tienen de aprehender el fenómeno urbano, y que aparecen como formas particulares de lecturas. Leer la ciudad como texto, ésa es la premisa. Leer en la ciudad la trama de significaciones que permite un principio de inteligibilidad, a quienes la observan y a quienes la vivencian. El hombre moderno, el hombre de las ciudades -dice Barthes- pasa su tiempo leyendo. Lee, ante todo y sobre todo, imágenes, gestos, comportamientos. ¿Podemos entonces analizar la cultura de las sociedades en la escritura del texto urbano? Y si esto es posible ¿qué ocurre en la posmodernidad donde la saturación de imágenes parece hacer perder las certesas de antaño? Pensar la ciudad como espacio de memoria desde la reapropiación simbólica de su estética como forma de expresión, apropiación de memorias y representaciones, es nuestra otra premisa. El espacio urbano inscribe la historia desde el simple hecho de la nominación de calles y la selección y ubicación de monumentos, hasta la construcción de obras públicas o privadas. >Es nuestro propósito desarrollar un modo de abordaje analítico del fenómeno urbano desde las herramientas teóricas que brindan tanto la sociología urbana, la sociología de la cultura, la semiótica y la filosofía del lenguaje. Esta aventura teórica nos ha permitido trabajar sobre los fenómenos urbanos posmodernos. Analizamos al espacio urbano como un constructo social, como un proceso histórico de carácter abierto que se reconstruye constantemente. Un signo de la estructuración posmoderna es que la memoria aparece como moda. El pasado es recuperado, es traído a un presente permanente, generalmente bajo la figura del mito o de la alegoría. Buscamos recuperar el carácter museológico de lo urbano, no desde su visión de mero recuerdo, sino como una serie de recortes de la trama ciudadana marcada por presencias y ausencias. Marcas que habilitan, desde sus relecturas y resignificaciones, la posibilidad de nuevas escrituras, de nuevas arquitecturas, de nuevos modos de ser ciudad. Por tanto, crear una sensibilidad en la mirada es central para poder realizar cualquier proceso de reapropiación, e imprescindible para pensar los actuales procesos de renovación urbana -ya sea mediante la introducción de la monumentalidad o mediante diversas formas de gentrificación-. En el marco del actual proceso de cambio en la gramática urbana (Velázquez y Zunino Singh, 1999), signada por una profunda transformación histórica estructural organizada en torno a la revolución tecnológica y a las tecnologías de información (Borja y Castells, 1986; Sassen, 1991), nuestro foco de atención son esos lugares de la ciudad, sin los cuales la ciudad no se reconocería como tal. Esos lugares que dan cuenta de la identidad ciudadana, esos lugares que articulan la compleja relación entre el pasado, el presente y el futuro, y a los que nominaremos: emblemas urbanos.

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