Manufactura y servicios como motores del crecimiento

CASSINI, LORENZO; VERÓNICA ROBERT

Rosario

Congreso; Red Pymes Mercosur; 2019

UNR

Durante años la industrialización ha sido sinónimo de desarrollo económico. Diferentes corrientes de pensamiento, desde desarrollistas, estructuralistas y post-Keynesianos, hasta evolucionistas y neo-Schumpeterianos han reconocido el rol preponderante de la manufactura como motor del crecimiento, bajo los argumentos de que: (i) la manufactura concentra en mayor medida las ganancias de productividad derivadas del cambio tecnológico, y (ii) que esta actividad que tiene la capacidad de difundir al resto de entramado productivo dichas ganancias de eficiencia. Incluso autores identificados con la corriente principal identificaron empíricamente la baja productividad de los servicios vis á vis la manufactura, lo que fue señalado como causa de la enfermedad de costos de Baumol, asociada al aumento de los precios de los servicios en relación a los productos manufactureros (Baumol and Bowen, 1966; Baumol, 1985) y del estancamiento de la productividad en EEUU de finales de la década del 80s y comienzos de los 90s (Griliches, 1994, 1992), en un contexto de creciente desindustrialización.Sin embargo, recientemente, frente a la emergencia de los nuevos servicios basados en conocimiento, se ha puesto en duda las restricciones de los servicios to innovate, mientras que empíricamente se ha mostrado una reversión de la tendencia a la caída de la productividad relativa de los servicios (OECD, 2001), y una importante expansión de los mismos en el comercio internacional. Con esta nueva evidencia se busca demostrar que una creciente especialización en servicios no deriva necesariamente en un estancamiento de la productividad agregada (Griliches, 1992), que la enfermedad de los costos de Baumol puede ser curada por la incorporación de tecnologías en los servicios (Triplett and Bosworth, 2006), y que por lo tanto la desindustrializacion del Norte no es el fin del crecimiento económico (Gordon, 2015, 2012) sino el inicio de una nueva fase motorizada por innovaciones tecnológicas aplicadas a servicios (Brynjolfsson and McAfee, 2014)