INVESTIGADORES
FAYA Marcela Ines
congresos y reuniones científicas
Título:
Efecto de un andrógeno posnatal en la hembra canina
Autor/es:
MARCHETTI CYNTHIA ; GRISOLIA ROMERO MARIELA; FAYA MARCELA ; PRIOTTO MARCELO; GOBELLO CRISTINA
Lugar:
Punta del Este
Reunión:
Congreso; !er congreso de la Asociación Latinoamericana de Reproducción en Pequeños Animales; 2022
Institución organizadora:
Asociación Latinoamericana de Reproducción de Pequeños Animales
Resumen:
Área: Fisiología y Clínica ReproductivaComunicación Corta: SiTipo: Trabajo CientíficoCaracteres: 3951/4700Efecto de un andrógeno posnatal en la hembra caninaEfeito de um andrógeno pós-natal na fêmea caninaEffect of a postnatal androgen in the female dogC. Marchetti 1 ; M. Faya 2 ; M. Grisolia-Romero 1 ; M. Priotto 3 ; C. Gobello 1 1 - Facultad de Ciencias Veterinarias ? Universidad Nacional de La Plata; CONICET. 2 - Facultad de Ciencias Agropecuarias ? Universidad Católica de Córdoba; CONICET. 3 - Facultad de Ciencias Agropecuarias ? Universidad Católica de Córdoba.Resumen (Español)En mamíferos los esteroides sexuales tienen acción organizacional durante la gestación tardía y la vida postnatal temprana. Ratas hembras androgenizadas postnatalmente fueron anovulatorias (Jang y col., 2015) y gatas sometidas a similar tratamiento presentaron un alto porcentaje de anovulación y alteraciones histológicas uterinas (Demaldé y col., 2016). Perras tratadas postnatalmente con dosis repetidas de un andrógeno, no presentaron comportamiento sexual receptivo (Beach y col., 1983). El objetivo de este trabajo fue describir el efecto clínico, ovulatorio e histológico genital en perras tratadas postnatalmente con el andrógeno enantato de testosterona, con fines contraceptivos. Diez hembras caninas neonatas fueron asignadas aleatoriamente a uno de los siguientes tratamientos, dentro de las primeras 24 hs de nacidas: enantato de testosterona (ET) 18 mg/100 gr sc (n=5) o placebo (PL; n=5). Las perras fueron evaluadas hasta la aparición de la pubertad. Esta evaluación incluyó la observación del comportamiento reproductivo y, a partir del cuarto mes de vida, la citología vaginal (tres veces por semana). Catorce días luego de iniciado el estro, se determinó la concentración sérica de progesterona para diagnosticar la ovulación (>5ng/mL). Una semana más tarde, las hembras fueron ovariohisterectomizadas y sus gónadas analizadas macro y microscópicamente. Previo a la castración, se tomaron muestras sanguíneas para la determinación de testosterona (Elecsys Testosterone II, Roche Diagnostics, Mannheim, Germany) y androstenediona (Elecsys Androstenedione, Roche Diagnostics, Mannheim, Germany). Los ovarios y úteros fueron inspeccionados y medidos. En los ovarios se realizó el recuento total de las estructuras foliculares según Gougeon & Chainy (1987). En los úteros, se midió el área ocupada por glándulas endometriales/µm2 de endometrio, la altura del epitelio luminal y glandular, altura del endometrio, y el espesor del miometrio (Image J, NIH, Bethesda, Maryland, USA). El peso corporal a la pubertad (14,23 ± 4,67 vs 15,5 ± 5,48), peso ovárico (1,20 ± 0,34 vs 1,32 ± 0,43), volumen ovárico (0,98 ± 0,32 vs 1,08 ± 0,38) e índice gónado-somático (0,02 ± 0,00 vs 0,02 ± 0,00) no presentaron diferencias entre los grupos ET y PL (p > 0,05). Todas las perras evaluadas ovularon y las concentraciones séricas de testosterona y androstenediona no presentaron diferencias entre los grupos < 10ng/dl y < 0.15 ng/ml, respectivamente. Tampoco se encontraron diferencias en los distintos tipos ni el número total de folículos (83.271,47 vs 123.347,94; p > 0,05). Tanto el área glandular (0,35 ± 0,01 vs 0,23 ± 0,01) como la altura del epitelio luminal (7,63 ± 0,09 vs 6,59 ± 0,05) y glandular (11,11 ± 0,20 vs 8,93 ± 0,12), fueron mayores en el grupo ET (p < 0,01). No se hallaron diferencias entre los grupos (p > 0,05) para la altura del endometrio (925,46 ± 88,56 vs 986,27 ± 74,18) y espesor del miometrio (922,51 ± 106,82 vs 903,31 ± 42,10). Todas las hembras del grupo ET presentaron hipertrofia de clítoris leve (p > 0.01). Se concluye que una dosis postnatal suprafisiológica de enantato de testosterona no afectó la capacidad ovulatoria, la androgénesis, así como tampoco provocó alteraciones histológicas gonadales, aunque si uterinas y efectos colaterales leves.