INVESTIGADORES
GARAY Ana
libros
Título:
Hábitat rural-campesino: tensiones y disputas en la producción del territorio
Autor/es:
VANOLI, FERNANDO; SESMA, MARÍA INÉS; GARAY, ANA; BOCCO, ROMINA
Editorial:
Cafe de las ciudades
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2022 p. 244
ISSN:
978-987-3627-63-7
Resumen:
Este libro surge de recorridos investigativos individuales y colectivos que tienen como marco de intercambio la Red de Estudios sobre Hábitat Rural (RedHaR), espacio conformado para mirar e interpretar identidades, disputas y resistencias presentes en los territorios rurales-campesinos. La RedHaR se caracteriza por la diversidad de enfoques que se despliegan en una multiplicidad de disciplinas (nutrición, arquitectura, comunicación, ciencias políticas, trabajo social y filosofía) y a través de diversos territorios donde se asientan las investigaciones, muchos de los cuales son parte del devenir de este libro: el noroeste de la provincia de Córdoba, el noroeste de la provincia de Chaco, la localidad tucumana de Gobernador Piedrabuena, y la región del Santoral, en el departamento uruguayo de Canelones.Estas espacialidades rurales se presentan a partir de reconocer que las relaciones sociales son parte de la producción de territorio, en un proceso dinámico de desterritorialización y reterritorialización. Esto supone perspectivas relacionales que impugnan definiciones esencialistas y dicotómicas como ciudad y campo, o progreso y atraso. Una mirada situada permite pensar sobre aquellas prácticas impuestas por la matriz civilizatoria dominante (capitalista, colonialista y patriarcal), que han diseñado e intervenido al hábitat rural-campesino de manera fragmentaria y reductivista.Los debates de la red se orientan a reflexionar en torno a las habitabilidades y reparar en sus conflictos, singularidades y potencias, haciendo del cruce disciplinar y comparativo un aporte al pensamiento crítico de los fenómenos que atraviesan esos territorios y las tensiones con sus modos dominantes de producción, los cuales avanzan bajo retóricas de progreso, desarrollo y mercado, despojando cualidades históricas rurales-campesinas, que impactan en sus formas de vida y de habitar. El propósito es atender a los procesos socioterritoriales, históricos y vigentes, que sostienen la vida y enuncian alternativas al modelo en cuestión. Esto implica hacer lugar a las personas que habitan dichos lugares, e integrar sus prácticas, saberes y técnicas, persistentemente silenciadas y subalternizadas.En este sentido, el libro pretende exponer algunas discusiones teóricas en diálogo a abordajes empíricos, como también de experiencias de investigación participativas, que se fueron tejiendo a partir de problematizar tensiones entre lógicas desarrollistas y extractivistas y lógicas comunitarias y solidarias. En esos cruces, los trabajos recopilados ponen el acento en el modo en que diferentes procesos disputan la producción del territorio rural-campesino, tematizando sobre cuestiones centrales que hacen al abordaje integral de las diferentes dimensiones del hábitat: la organización espacial, los saberes propios del territorio, la cuestión agroalimentaria, lo doméstico y la vivienda, el rol de las mujeres, las políticas públicas, el trabajo y la producción. La totalidad de estos ejes se proponen como una mirada relacional, que habilita mediaciones para repensar las configuraciones espaciales de las dinámicas rurales-campesinas contemporáneas y poner en valor los saberes, prácticas y técnicas que se ponen en juego en estas disputas territoriales.De esta manera, se pretende consolidar un campo de debate interdisciplinario que cuestione el modelo de desarrollo imperante con sus dinámicas expansivas del capital, prácticas extractivistas e imposiciones desarrollistas, y permita fortalecer la soberanía rural-campesina, con sus singularidades en las formas de habitar y producir, y profundizar sobre aquellos sentidos que sostienen la defensa de los territorios, los bienes comunes, y la vitalidad del espacio.Un recorrido por los capítulosEsta compilación contiene nueve capítulos, organizados en tres ejes los cuales permiten agrupar discusiones sobre diferentes aspectos que componen e inciden sobre el hábitat rural-campesino: 1) Impactos socioterritoriales del modelo de desarrollo y las políticas públicas habitacionales, 2) Espacialidades domésticas y procesos (re)productivos, y 3) Representaciones e identidades en disputa.En el primer eje se encuentra el trabajo de Adrián Alejandro Almirón y Cecilia Mercedes Quevedo, titulado Transformaciones territoriales del Impenetrable chaqueño: políticas públicas, modelos productivos y comunidades indígenas. El capítulo lleva a cabo un análisis que muestra el constante avance capitalista sobre la región de El Impenetrable de la Provincia de Chaco, con el objeto de expandir la frontera agropecuaria. Para ello, establecen cuatro períodos históricos, evidenciando en cada uno de ellos, las dinámicas que condensan las características distintivas de la tenencia de la tierra, los distintos proyectos de desarrollo puestos en marcha por el gobierno provincial y nacional y el lugar productivo concedido a los pueblos indígenas. Cada una de estas etapas demuestran, desde una mirada de larga duración, cómo las expectativas productivas para El Impenetrable deben considerarse como un continuum de la violencia capitalista, que va desde proceso de provincialización de la década del 50, hasta los actuales procesos de turistificación emprendidos por el Estado y otros actores en la zona.En segundo lugar, el trabajo de Juan Lagarejo titulado Procesos de producción del hábitat en la ruralidad y políticas habitacionales propone aportar a la comprensión teórica de los procesos de producción de hábitat en la ruralidad. Para ello, reconoce al hábitat como construcción histórica en tanto campo de conocimiento, estrategia de intervención estatal y arena de disputa política. En ese marco, plantea que el uso y generalización del término en el ámbito académico, social y gubernamental se configuró a partir de tres hitos históricos que sirvieron para establecer una visión campo-ciudad dicotómica, en la que lo urbano se configura como parámetro aspiracional. El autor reconoce cómo esto incide en el abordaje de las políticas habitacionales, atendiendo particularmente a las estrategias autoconstructivas en la producción del hábitat y la promoción e intervención del Estado y diversos organismos para tal fin. Para finalizar, Lagarejo pone el foco en la producción de hábitat en la ruralidad, haciendo énfasis en la importancia de considerarlo como un espacio para la vida campesina en el que la reproducción cotidiana de la existencia adquiere una forma de territorialización particular, en el marco de una red relacional común en la que la vivienda se integra a sus múltiples funcionalidades, conjugando las prácticas domésticas con las productivas.En tercer lugar, se presenta el capítulo titulado Políticas públicas habitacionales en ámbitos rurales: Una revisión de antecedentes. Macarena Maguna realiza una revisión y análisis de antecedentes sobre políticas públicas habitacionales implementadas en el hábitat rural de las provincias de Tucumán, Chaco y Córdoba. Su objetivo es esclarecer aquellos aspectos a potenciar y/o modificar en el camino de la elaboración de políticas del hábitat rural y lo realiza a través del abordaje de tres tesis doctorales que problematizan políticas provinciales de vivienda desde distintos campos disciplinares (la arquitectura, las ciencias políticas y la comunicación social). Los programas que abordan las investigaciones antes mencionadas son: Programa Federal de Vivienda y Mejoramiento del Hábitat de Pueblos Originarios y Rurales (Tucumán), Programa Federal de Mejoramiento de vivienda Mejor Vivir I y II (Chaco) y Plan de Sustitución de Viviendas Precarias y Erradicación del Mal de Chagas (Córdoba). A partir de este análisis, la autora concluye que, a pesar de los diferentes enfoques de los trabajos, existen una serie de puntos de convergencia de las miradas que las investigaciones analizadas, respecto al diseño, gestión, implementación e impacto de las políticas en los territorios.Por último, el trabajo de Ana Garay, Construcción de barrios de vivienda estatales en ámbitos rurales. Desarraigos y rupturas, analiza la incidencia que tienen las políticas públicas habitacionales en la configuración de los territorios rurales. Para ello, toma como caso de análisis la intervención del Instituto Provincial de la Vivienda y Desarrollo Urbano en la construcción de un barrio de vivienda pública de la localidad tucumana Gobernador Piedrabuena. Se parte de la premisa de que las lógicas de abordaje de la vivienda rural por parte del Estado se implementan desconociendo la realidad en la que se insertan, desde una perspectiva centrada en el plano material y mercantilista, priorizando la producción de vivienda completa. A través del análisis del caso, la autora arriba a una serie de conclusiones que pueden sintetizarse en que el modelo hegemónico de producción de políticas de vivienda fortalece el modelo de desarrollo impuesto y fomenta transformaciones en el hábitat que consolidan y perpetúan las desigualdades. En ese marco, Garay plantea la urgencia de ampliar estos abordajes, considerando las características y modos de habitar propios de los habitantes de cada territorio.En el segundo eje, se presenta el trabajo de Fernando Vanoli denominado Entre lo doméstico y el territorio: ¿qué podemos aprender de la ruralidad? El autor invita a problematizar sobre la naturalización de los estándares de la modernidad para definir lo doméstico y el territorio, una perspectiva que en la actualidad sustenta muchas políticas públicas vinculadas al hábitat. Para ello, se pregunta si es posible trazar genealogías diversas sobre lo doméstico en la búsqueda de legitimar la diversidad de formas de vida vigentes y sus hábitats. Las reflexiones surgen en torno al análisis de dos casos que se rigen por fuera de los parámetros modernos hegemónicos: el caso de las 13 casas en Tebenquiche Chico, recuperado del trabajo de Alejandro Haber (2016) y el hábitat campesino en el noroeste de la provincia de Córdoba, a partir de investigaciones propias. Mediante la recuperación del sentido de lo doméstico, el autor arroja pistas para repensar el tema de la vivienda en la actualidad a partir de genealogías diversas que no solo tracen el recorrido lineal de la modernidad occidental.Por su parte, el trabajo de María Rosa Mandrini y Noelia Cejas, pone el foco sobre el espacio de la cocina para indagar sobre formas de resistencia en los territorios rurales. Bajo el título La cocina: espacio de resistencia material y simbólico en el hábitat campesino, las autoras señalan que dicho espacio reúne los sentidos principales del hábitat rural campesino, sobre todo por su vocación tanto doméstica como de ámbito de trabajo y producción. En sus palabras, la cocina permite entender algunos procesos socio-territoriales y las conflictividades que se expresan en su dimensión material e inmaterial. El marco teórico recupera aportes de la geografía política feminista y de la ecología política para comprender procesos de (re/des) territorialización material y simbólica. En términos metodológicos el trabajo parte de algunos interrogantes que apuntan a comprender el carácter político y el sentido feminista de las viviendas en la ruralidad, y lo analizan a partir de entrevistas con mujeres campesinas de la provincia de Córdoba. En sus reflexiones finales, concluyen que todo lo espacializado forma parte de una trama material e inmaterial inherente a las formas de habitar el territorio, donde particularmente la cocina campesina es un espacio de disputa posible de resignificar prácticas históricas y central en la vida campesina.El tercer capítulo de este eje corresponde al trabajo de Romina Bocco y Guadalupe Huerta titulado Relatos encarnados. Reflexiones sobre prácticas re-productivas pecuarias en el habitar rural-campesino de la pampa de Pocho, en clave de interdependencia. El escrito combina reflexiones teóricas y relatos surgidos a partir de vivencias en el marco de una jornada de carneada colectiva llevada a cabo en el interior de la Pampa de Pocho. Las autoras realizan una descripción sobre el viaje realizado a esta comunidad, dando cuenta de las características del paisaje y de la unidad doméstica que sintetizan la compleja e histórica forma de vida arraigada al territorio constituyendo los modos de habitar rural-campesinos de la región y de qué manera coexisten con una modernidad hegemónica que los influye, constituyéndose así en un espacio de disputa entre diversos modelos de producción alimentaria. El presente trabajo propone reinterpretar desde la clave de interdependencia los sentidos y el valor de las prácticas de producción pecuaria y faena tradicional del habitar rural-campesino a través de tres grandes dimensiones analíticas que caracterizan las relaciones de interdependencia: la simbólico-afectiva, la dimensión material y finalmente una dimensión política.El libro cierra con el eje sobre representaciones e identidades en disputa, donde se encuentra el trabajo de Virginia Martinez Coenda y María Inés Sesma bajo el título de Representaciones del hábitat rural en medios de comunicación masiva en Uruguay y Argentina. Asentado sobre el campo de las discursividades, analizan las representaciones de dicho hábitat en medios de comunicación masiva a lo largo de Uruguay y en la provincia de Córdoba, entre los años 2014 y 2019. Las autoras ponen en relación las construcciones de sentido en los discursos gubernamentales, con el objetivo de sacar a la luz la interdiscursividad o, como señalan a partir de Angenot, la existencia de reglas que organizan lo decible. Metodológicamente se basan en el análisis de discursos de la prensa gráfica digital privada y gubernamental. Como vienen sosteniendo muchos de los trabajos en este libro, las políticas públicas orientadas a atender la cuestión de la habitabilidad rural parten de la misma premisa: la vivienda rancho es insalubre, puesto que induce la transmisión de la enfermedad de Chagas, y atrasada, al no adecuarse a las modalidades constructivas modernas que los materiales industriales proporcionan. Concluyen que las representaciones de los medios de comunicación masiva refuerzan los sentidos que construyen los discursos gubernamentales que oponen los ranchos indignos de barro y paja a las viviendas dignas de materiales industriales proveídas por las políticas públicas.Por último, el capítulo de María Ordoñez titulado Identidades laborales en el territorio rural: relaciones de fuerza e intervención estatal, explora las prácticas cotidianas colectivas del grupo Nuestras Granjas Unidas de la pampa de Pocho (Córdoba, Argentina) para analizar los pliegues en las construcciones identitarias laborales de la organización. Con una mirada centrada en las políticas públicas, la autora reconoce ocho plegamientos, que agrupa analíticamente de acuerdo a cuatro ejes vinculados a diversas relaciones de fuerza: la relación fundacional con el Estado provincial, el análisis de políticas públicas, los impactos del avance del agronegocio en el territorio y las identidades laborales. De este modo muestra cómo las construcciones identitarias construidas están atravesadas por relaciones de fuerza y narrativas en tensión vinculadas a formas de intervención social del Estado que expresan disputas por el territorio como espacio político.Los trabajos aquí presentados se ponen en diálogo entre sí anticipando los intercambios interdisciplinarios de la red, que como tal, no se encierra en un único marco teórico, pero permite tejer y explorar las afinidades conceptuales para comprender de manera profunda y de largo aliento los procesos socioterritoriales que configuran al hábitat rural-campesino. Sin dudas, muchas podrían haber sido las formas para organizar esta compilación; cada trabajo despliega una serie de relaciones que hacen posible su lectura a partir de otras categorías. El recorrido propuesto pretende constituirse como una hoja de ruta posible para explorar este libro, pero no se presentan como absolutos ni excluyentes. En efecto, esta es una invitación a una lectura libre de los trabajos aquí presentados.