La utopía de los textiles de Villa Lynch: el club I.L.Peretz

VISACOVSKY NERINA EN MARISA GONZALEZ OLEAGA, ERNESTO BOHOSLAVSKY (COMP)

El hilo rojo: palabras y prácticas de la utopía en América Latina.

Paidós

Lugar: Buenos Aires; Año: 2009; p. 135 - 149

Hacia 1940 la comunidad judía de izquierda en Villa Lynch, movilizada por las noticias provenientes de Europa y la necesidad de recrear la herencia idishista en Argentina, inauguraba el Centro Cultural y Deportivo Issac León Peretz para brindar a sus hijos una  educación judía laica, progresista y de izquierda. La identidad peretziana respondía a la Federación ICUF (Federación de Entidades Culturales Judías) aliada ideológicamente al Partido Comunista, que para ese entonces se había proclamado el abanderado de la movilización antifascista. La impactante obra edilicia y el optimismo de la empresa peretziana prosperaba gracias a la política peronista que continuando con la industrialización por sustitución se importaciones había beneficiado especialmente al rubro textil. Además, su apertura al barrio, dinámica común a la de otras colectividades inmigrantes, la diferenciaba de las instituciones sionistas. Los judíos textiles de Villa Lynch, fundadores y socios del club prosperaban con la política industrialista y enfrentaban cuestionamientos, tanto de parte de los judíos sionistas como de los militantes comunistas. La crítica más radical emergía de la “aparente contradicción” entre el discurso socialista que manifestaban y el crecimiento económico que experimentaban. Dada la complejidad de actividades que caracterizaron al I.L.Peretz se dificulta ubicarlo en una tipología institucional; fue club deportivo, centro cultural, escuela idiomática, teatro, biblioteca. Fue el “Peretz de Villa Lynch” y tal vez ahí anida lo utópico de sus cincuenta y cinco años de existencia, en esa indefinición, en ese deseo ilimitado de expansión y  anhelo por alcanzarlo todo y a todos. para brindar a sus hijos una  educación judía laica, progresista y de izquierda. La identidad peretziana respondía a la Federación ICUF (Federación de Entidades Culturales Judías) aliada ideológicamente al Partido Comunista, que para ese entonces se había proclamado el abanderado de la movilización antifascista. La impactante obra edilicia y el optimismo de la empresa peretziana prosperaba gracias a la política peronista que continuando con la industrialización por sustitución se importaciones había beneficiado especialmente al rubro textil. Además, su apertura al barrio, dinámica común a la de otras colectividades inmigrantes, la diferenciaba de las instituciones sionistas. Los judíos textiles de Villa Lynch, fundadores y socios del club prosperaban con la política industrialista y enfrentaban cuestionamientos, tanto de parte de los judíos sionistas como de los militantes comunistas. La crítica más radical emergía de la “aparente contradicción” entre el discurso socialista que manifestaban y el crecimiento económico que experimentaban. Dada la complejidad de actividades que caracterizaron al I.L.Peretz se dificulta ubicarlo en una tipología institucional; fue club deportivo, centro cultural, escuela idiomática, teatro, biblioteca. Fue el “Peretz de Villa Lynch” y tal vez ahí anida lo utópico de sus cincuenta y cinco años de existencia, en esa indefinición, en ese deseo ilimitado de expansión y  anhelo por alcanzarlo todo y a todos.