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Desde finales de los 40, la ciudad de Córdoba comenzó una serie de transformaciones que, en el ciclo de unos 25 años, cambió su fisonomía urbana. De tal suerte, una misma generación pudo ver ante sus ojos cómo Córdoba pasaba de ser una tranquila capital provinciana a una dinámica ciudad industrial, en donde se desarrolló un vigoroso movimiento obrero que en los 60 y 70 mostró una inusitada combatividad, produciendo acontecimientos que, como el Cordobazo de 1969, tuvieron una resonancia nacional. A finales de 1948, el italiano Ernesto La Padula llegó a la ciudad, como parte de la última corriente migratoria europea que se dio luego de terminada la segunda guerra mundial, desarrollando una intensa actividad como urbanista en el ámbito del Ministerio de Obras Públicas (MOP) de la Provincia y como docente en la Universidad Nacional de Córdoba. En tal sentido, La Padula se insertó en un momento muy particular de Córdoba y la Argentina: si en la ciudad comenzaban a ser evidentes los primeros indicios del crecimiento demográfico y urbano, a nivel nacional el peronismo en el poder ensayaba una reconfiguración estatal que tuvo una importante repercusión en el manejo de la ?cuestión urbana?, así como la propia disciplina del urbanismo atravesaba, en esos años, una serie de cambios importantes. En dichos contextos, nos interesa preguntarnos ¿de qué manera se insertó La Padula en la nueva dinámica estatal abierta con el peronismo? ¿En qué contexto, tanto local como nacional, se dio comienzo a los estudios para un Plan Regulador en la ciudad? ¿Qué debates supuso? ¿Qué tipo de propuesta urbana tenía el Plan y cómo buscaba intervenir en la ciudad?

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