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Una temática de incuestionable relevancia dentro de la historiografía económica argentina es el arduo proceso de construcción de la arquitectura financiera y la consolidación de una única moneda en todo el país. Esto tuvo lugar entre las décadas de 1860 y 1880, y posibilitó la cohesión de regiones distantes cuyas estructuras crediticias y tipos de circulantes diferían y obstaculizaban la conformación de un espacio económico unificado. Los abordajes históricos generalmente pusieron el foco en el desarrollo bancario y financiero de la provincia de Buenos Aires y, en menor medida, en Santa Fe o Córdoba, con un marcado interés en los bancos oficiales y privados. En el resto de las provincias nuestro conocimiento es menor, por lo que resulta indispensable profundizar en los estudios regionales que, con el foco puesto en las estructuras socioeconómicas locales, permita avanzar en la comprensión de los fundamentos y las dinámicas financieras de otras áreas del país. El propósito del trabajo es estudiar la primera experiencia de banca regional en el norte argentino, a través del análisis de la sucursal Tucumán del Banco de San Juan, una casa bancaria privada formada por capitales cuyanos y chilenos que se proyectó más allá de sus límites provinciales. Atenta a los flujos mercantiles que, en tránsito por la falda oriental de los Andes, vinculaban a Bolivia y Perú con Chile, y ante la inexistencia de instituciones bancarias en la carrera al norte, procuró aprovechar el movimiento que generaba el esquema comercial interregional mediante la creación de filiales en ciudades clave del intercambio terrestre -principalmente la capital tucumana-, influyendo en el desarrollo del comercio y el sector productivo regional. Las fuentes principales del estudio comprenden escrituras societarias, protocolos, balances y disposiciones oficiales conservados en el Archivo Histórico de Tucumán y en el Archivo General de la Provincia de San Juan.

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