INVESTIGADORES
CARBONE Rocco
artículos
Título:
Memorias del subsuelo. "Es lo que se dice puto, así te voy a decir yo" Entrevista a Victoriano Silva por Clyde Soto y Rocco Carbone Aquí recuperamos algunos de los recuerdos de Victoriano Silva, un habitante del barrio Tacumbú (Asunción, Par
Autor/es:
ROCCO CARBONE Y CLYDE SOTO
Revista:
Revista SURES
Editorial:
Universidade Federal da Integraçao Latino-Americana
Referencias:
Lugar: Foz de Iguazú; Año: 2015 vol. 1 p. 187 - 191
Resumen:
Este texto es una recuperación memorial. Se trata de los recuerdos de Victoriano Silva, un habitante del barrio Tacumbú (Asunción, Paraguay). Don Victoriano, de 80 años, nacido en Yegros, trabajó por más de 30 años en la cantera Tacumbú del barrio homónimo, picando piedras. La cantera hoy indica la huella de una ausencia: ahí había un cerro que fue destruido progresivamente para extraer piedra basáltica empleada para empedrar las calles de Asunción. Pero ese mismo lugar también es un símbolo de la dictadura stronista (1954-1989). Uno de los lugares emblemáticos de castigo porque entre las décadas de 1950 y 1970 fue un sitio donde los prisioneros del régimen eran sometidos a trabajos forzados y a situaciones de tortura. La cantera era administrada por el Ministerio de Obras Públicas y ahí trabajaban obreros "comunes", como don Victoriano, y también obreros "especiales": presos políticos, que producían plusvalía para el stronismo y que, de paso, podían ser controlados, expuestos frente a los ojos atónitos de la ciudadanía, humillados y torturados. Este segundo grupo, en 1959, fue integrado fugazmente, por unos seis meses, por 108 subjetividades que representan uno de los tantos polos victimados por el stronato: personas declaradas como "culpables" de ser homosexuales. ¿Cómo se acuña el 108? En setiembre de 1959, Bernardo Aranda, un locutor de la Radio Comuneros fue quemado en el departamento donde residía. Con motivo de ese asesinato el stronato desató una razzia y apresó a 108 presuntos homosexuales para esclarecer el motivo de esa muerte, presentada como un hecho relacionado con la vida sexual de la víctima. A partir de ese momento se acuña el sintagma 108 como marca despectiva para indicar a todo homosexual y el sistema sexo/género irrumpe de manera evidente como parte de los cálculos del poder, del cálculo del gobierno. Ese número, que integra el léxico stronista, sigue teniendo plena vigencia en el Paraguay de hoy.