Propuestas de rehabilitación térmica y de confort exterior para diferentes LCZ en una ciudad árida

MARÍA BELÉN SOSA; MARÍA FLORENCIA COLLI; MARÍA ANGÉLICA RUIZ; ERICA CORREA

E-ICES 17: Actas de trabajos completo

CNEA

Año: 2023; p. 412 - 421

El cambio climático global y la alteración del clima urbano exponen a la población de las ciudades a mayor frecuencia e intensidad de fenómenos meteorológicos extremos. Esto tiende a exacerbarse en ciudades de clima árido durante los meses de verano. Por ello, es importante entender cómo se comportan climáticamente las ciudades, en pos de planificar y proponer diseños urbanos acordes a los recursos naturales y las particularidades de cada sitio. El desarrollo y aplicación de herramientas fáciles de usar en la etapa de pre-diseño contribuye a los planificadores a mejorar las condiciones microclimáticas de las ciudades. El estudio se llevó a cabo en el Área Metropolitana de Mendoza (AMM), donde se clasificó al paisaje mediante las Zonas Climáticas Locales (LCZ) determinando regiones uniformes de cobertura del suelo, estructura, materiales y actividades humanas. El objetivo es analizar las posibilidades de rehabilitación urbana del AMM, centrándose en mejorar la temperatura y el confort térmico durante el periodo diurno en verano. Se utilizaron dos herramientas de fácil aplicación, que permiten a los urbanistas predecir la temperatura del aire exterior (DTair) y el confort térmico exterior (Tcomfort). Se probaron estas herramientas en un conjunto de doce escenarios (seis forestados y seis no forestados) respetando los valores geométricos y de cobertura superficial de cada LCZ. Los resultados demostraron que en las categorías “LCZ 3”, “LCZ 6” y “LCZ 8” —que representan el 71,6 % del área total del AMM—, es recomendable mantener homogénea la forestación de calles y aumentar los valores de albedo horizontal. Sumado, se identifican un conjunto de indicadores y descriptores morfológicos y tecnológicos cuya intervención posibilitará optimizar la respuesta de los espacios abiertos, en términos de su temperatura y su grado de habitabilidad térmica durante las horas del día, contribuyendo al diseño y planificación bioclimática de los espacios públicos en zonas áridas.