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Retomando trabajos previos -en que discutimos la historiografía filosófica de Habermas-Rorty acerca del supuesto rol del "giro lingüístico" como aquel solo desde el cual se habría roto con la "filosofía de la conciencia" de cuño moderno, infalibilista e "inmanentista"-, abordaremos en esta ponencia la forma en que el primer Merleau-Ponty ya representa una ruptura con el subjetivismo moderno, la cual, aquí, enfocaremos desde lo que denominamos su "concepción situacional" sobre el tiempo. Contra la interpretación de Priest, según quien la doctrina sobre la temporalidad en la Fenomenología... merleaupontyana podría considerarse subjetivista al modo de un Berkeley, esto es, haciendo del tiempo algo "subjetivamente dependiente" al mismo modo en que cualquier objeto lo sería, trataremos de elucidar a la vez los sentidos correlativos, y diferentes de los modernos, que en Merleau-Ponty cobran las nociones de tiempo y subjetividad: el introducir el rol de la subjetividad no tiene, como cree Priest, el resultado de simplemente redefinir las condiciones de existencia del tiempo sin alterar su estructura -al modo en que un "realista" y un "idealista" podrían suscribir idéntica descripción de las cualidades de un objeto salvo en cuanto a su "dependencia subjetiva" o no; al contrario, la estructura misma del tiempo está, según Merleau-Ponty, dada por la finitud de una perspectiva, esto es, por el hecho de que el pasado y el futuro no están dados al punto de vista finito que una subjetividad, percipiente desde cierto "lugar" del flujo temporal mismo, "recorta" sobre lo que de otra manera sería una totalidad enteramente desplegada. Correlativamente, esto permitirá confirmar la tesis merleaupontyana de que un "idealismo" creyente en un mundo "totalmente constituido" no representa sino una reiteración ingenua de la postulación "realista" de un "mundo en sí".

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