INVESTIGADORES
CASAS Matias Emiliano
congresos y reuniones científicas
Título:
La institucionalización de la charrería en México y la emergencia de los centros tradicionalistas en Argentina: una modalidad particular de asociacionismo en el período entreguerras
Autor/es:
MATIAS EMILIANO CASAS
Reunión:
Jornada; IV Jornadas Política de Masas y Cultura de Masas. América Latina en entreguerras: miradas locales, nacionales y transnacionales; 2016
Resumen:
El charro se ha constituido como símbolo de la mexicanidad recorriendo un camino paralelo, con varias similitudes pero también con distinciones notorias, al que galopó el gaucho en la Argentina. En las primeras décadas del siglo XX se consolidaron las primeras reivindicaciones oficiales en ambos países. Las intervenciones políticas sobre la figura del charro y del gaucho movilizaron una serie de manifestaciones, culturales y sociales, en torno a esos estereotipos. Esta ponencia se propone una primera aproximación hacia el estudio de las asociaciones que proliferaron en el período entreguerras y que tuvieron como fundamento central de su existencia la defensa de la tradición rural como reservorio de lo genuinamente nacional.En 1931, el presidente de México, Pascual Ortiz Rubio designó el 14 de septiembre como el Día Nacional del Charro y clasificó su traje como ?el traje nacional?. El sucesor en la presidencia, Abelardo Rodríguez Luján, reconoció en la charrería el deporte mexicano por excelencia. De ese modo, las actividades charras se enmarcaron en la Confederación Deportiva Mexicana. Esa designación determinaba un punto de inflexión para las asociaciones que comenzaban a surgir, principalmente en los estados de Jalisco, Hidalgo y México. La institucionalización de la charrería se cristalizaba con la fundación de la Federación que aglutinaría cada una de las agrupaciones del país y del exterior. En esas asociaciones se puso de relieve la función del charro como fuerza de reserva del Ejército mexicano. Los proyectos para recibir instrucción militar y las propuestas elaboradas en la Asociación Metropolitana de Charros daban cuenta de una relación directa con la coyuntura bélica.En Argentina, en las vísperas de la Segunda Guerra Mundial, se fijaron políticas específicas para la consolidación del gaucho como símbolo nacional. A partir de su figura se intensificaron los intentos por cristalizar una identidad nacional compartida. Los centros tradicionalistas que se multiplicaron al calor de esas reivindicaciones conjugaron discursos particulares para establecer una representación del gaucho como sinónimo de paz y hermandad en un contexto complejo. Esta ponencia pretende establecer las líneas de investigación y presentar las fuentes de un estudio más extenso en el que las asociaciones charras y las agrupaciones gauchas sean analizadas superando las lógicas reduccionistas de las historias nacionales. En efecto, varios indicios permiten identificar procesos amplios como la influencia de la Iglesia católica, la dicotomía campo-ciudad o las vinculaciones con el ámbito político. Se considera que el período entreguerras fue una etapa decisiva tanto en la construcción y expansión de esos estereotipos como para la proliferación de experiencias asociativas que encontraban allí una referencia identitaria.