Los docentes y la formación de la identidad nacional. Recomendaciones y actividades para trabajar el ?gaucho? en el aula, 1939-1950

MATIAS EMILIANO CASAS

Jornada; XVIII Jornadas Argentinas de Historia de la Educación; 2014

Las actividades y proyectos áulicos fueron otra una de las vías de acceso de las representaciones del gaucho en la escuela. Algunas recomendaciones para el trabajo con los niños sólo se remitían a indicar los fragmentos de textos a leer, pero no especificaban qué tipo de contenidos se trabajarían desde allí. Así se estimulaba la lectura de relatos sobre la pampa, el ombú y el gaucho que generalmente eran tomados de escritores reconocidos como Juan Bautista Alberdi y Carlos Octavio Bunge. Las alusiones a la lectura del Martín Fierro también eran frecuentes. En ocasiones se recomendaba trabajar la vida de la campaña de la segunda mitad del siglo XIX a partir del texto literario. En algunos casos la actividad consistía sólo en la copia y la recitación. Una publicación de La Obra presentaba un fragmento de lectura obligatoria del poema Santos Vega en la versión de Rafael Obligado. Los alumnos debían copiar el texto en el cuaderno y memorizarlo. Además de ese material, que constituía un bagaje importante de los recursos que los docentes tenían facilitados para las clases diarias, algunos manuales escolares complementaban la lectura de los textos con una guía de actividades para trabajar diversas temáticas, generalmente de lenguaje. El estudio del español a partir de la literatura gauchesca conllevaba la problemática de la ?lengua popular criolla?. El ?lenguaje gaucho? se justificaba como herencia del ?habla popular hispana? y se advertía que la escuela primaria resultaba muy eficaz para adaptar ?el decir de la gente de la campaña? a las normas gramaticales. El gaucho era evocado, pero con las correcciones necesarias. Su representación en las escuelas se consolidó a partir de sucesivas omisiones. La presencia del gaucho en el ámbito educativo fortaleció su pretendida imposición como referente identitario para los argentinos, sobre todo a partir de su oficialización provincial en 1939 con la sanción del Día de la Tradición.