INVESTIGADORES
CARAVACA Jimena
libros
Título:
¿Liberalismo o intervencionismo?Debates sobre el rol del Estado en la economía argentina. 1870-1935
Autor/es:
CARAVACA, JIMENA
Editorial:
Sudamericana
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2011 p. 176
ISSN:
9789500735896
Resumen:
Introducción Comencemos con un acertijo: un ministro de hacienda sostiene públicamente la necesidad de tender al socialismo de estado. ¿Quién?, ¿cuándo?, ¿dónde? Algunas pistas: no fue durante la Rusia de Stalin. Tampoco lo dijo el Che Guevara. Ni Hugo Chávez. Lo dijo José Terry. Ministro de Hacienda de la Argentina. ¿Cuándo? En 1894. Si, durante el ?régimen oligárquico? un ministro de hacienda pedía pasar al socialismo de estado. ¿Fue uno de esos ministros que duran apenas minutos en su cargo después de una declaración poco feliz? No. Fue un ministro valorado por su conocimiento económico, convocado para el mismo cargo nuevamente entre 1904 y 1906. Fue además el profesor titular de la cátedra de Finanzas en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires desde 1899. ¿Fue el único? No, por esos años otras voces igualmente importantes pedían por ejemplo la creación de un banco de estado. ¿Esto quiere decir que el régimen oligárquico- liberal que caracterizó a la Argentina a partir de 1880 no fue tal? No. La declaración indica en todo caso que tras un aparentemente instaurado liberalismo conservador había discusiones muy ricas en relación al estado, su compromiso con el crecimiento económico y los límites a su participación en la economía. Desde entonces los debates sobre intervención del estado en el mundo económico han sido una constante. El liberalismo económico es una escuela de pensamiento que plantea la necesidad de que el estado interfiera lo menos posible en la vida económica. Haciendo eje en la consiga de dejar hacer, o laissez faire de acuerdo a la expresión en francés que la hizo mundialmente conocida, esta doctrina le asigna al mercado la capacidad de organizar la vida social de manera eficiente y considera como una interferencia con consecuencias negativas a las regulaciones del mundo económico por parte del estado. Esta escuela de pensamiento junto a la que hace hincapié en la necesidad de especialización productiva de acuerdo a las ventajas comparativas de cada país, que llevó a la Argentina a dedicarse casi exclusivamente a la producción de materias primas agropecuarias, fueron en buena medida las guías ideológicas de la economía internacional durante casi todo el siglo XIX y hasta las primeras décadas del silgo XX. Esto se tradujo, entre otras cosas, en una defensa del librecambio. Esto quiere decir que el intercambio comercial entre países era concebido como una operación económica abierta, sin trabas aduaneras ni de ningún tipo. Sin embargo, en la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX se discutieron y sancionaron proyectos legislativos que buscaban proteger la industria nacional a partir de aumentar los impuestos de aduana que recaían sobre las mercaderías importadas, dándole así mayor competitividad a la producción local. La idea que guía a este trabajo es justamente dar visibilidad a los debates alrededor del liberalismo económico y del estado, y matizar así las visiones más simplistas que describen períodos históricos como bloques ideológicos sin fisuras. Al poner en evidencia que los debates sobre el estado se pueden identificar desde el último cuarto del siglo XIX buscamos, por otro lado, evitar las visiones rupturistas que tienden a pensar que los cambios suceden de un día para el otro. La idea de este trabajo es justamente mostrar cómo los debates sobre la economía y el estado tuvieron lugar incluso en ese período que parte de la historiografía tiende a definir como liberal. Comprendiendo esas discusiones intentamos dar pistas que permitan analizar también la historia reciente, ya que los vínculos entre el mundo económico y el estatal han sido, y continúan siéndolo, motivo de discusión y de miradas encontradas. En estas páginas nos proponemos analizar las diferentes ideas alrededor del rol del estado en algunos momentos particulares de la historia argentina. Los períodos elegidos giran alrededor de crisis económicas, políticas y/o sociales, a las que se entiende como lapsos en los que los debates se intensifican y permiten dar cuenta a través de su análisis de un clima de ideas que se expresa con mayor énfasis justamente a partir de la crisis. Como estamos definiendo a los momentos por el clima de debate la duración de los tres casos elegidos no es exactamente la misma. Lo que estamos intentando cubrir son esas ventanas que se abren cuando las explicaciones vigentes pierden capacidad de anticipar la crisis o sus herramientas para salir de los momentos críticos no resultan adecuadas. Es en esos períodos que surgen nuevas explicaciones que intentan modificar la realidad por medio de recetas que hasta entonces tenían poca aceptación. Esto nos lleva a tomar muy en cuenta el proceso de creación del pensamiento económico en la Argentina. Entendemos aquí al saber económico como el vínculo entre el mundo académico y el estatal, ya que en todos los casos analizados los economistas fueron a la vez docentes universitarios y funcionarios públicos. Esto impone la necesidad de contemplar la forma en la que los conocimientos económicos fueron importados y adaptados a las particularidades locales. El estado es entendido en general como el conjunto de instituciones para la toma de decisiones y su ejecución. Esta definición contempla un aspecto político- decisorio y otro operativo- burocrático para su puesta en práctica. Veremos que ambas instancias son igualmente esenciales y que en muchos casos la falta de capacidad operativa atentó contra las decisiones políticas por incapacidad técnica o desacuerdo en cuanto al contenido ideológico de las mismas. Cada uno de los momentos críticos se traduce aquí en un capítulo. En el primer caso se trata de los años entre la crisis económica de 1873 y la crisis económica y política de 1890. Estas crisis dieron lugar a intensos debates legislativos sobre la protección industrial. Los cambios políticos a partir de los movimientos revolucionarios de la Unión Cívica Radical en 1890 y en 1893 introdujeron la representación parlamentaria de nuevos sectores políticos y con ellos nuevas voces y argumentos se sumaron al debate. El análisis estará centrado en las discusiones sobre la protección industrial que ocurrieron en 1875 y en1894. A partir de esos debates se analizarán las posturas políticas y los argumentos teóricos utilizados por uno y otro punto de opinión. Aquí se planteará un tema que recorre todo este libro: la adaptación de las teorías económicas creadas en otros contextos para explicar y guiar la intervención en la realidad local. El segundo período es el que se inició con el conflicto de la Gran Guerra, en 1914. Allí fue el contexto internacional el que planteó un cambio de escenario económico al reducir drásticamente las posibilidades de importar mercancías, cuando eran esas importaciones las que hacían los aportes más sustanciales al presupuesto nacional a través de los impuestos de aduana. Este momento incluyó un debate sobre las formas que debía tomar el diseño impositivo nacional, abonado en buena medida por el cambio político que supuso la Ley Saénz Peña por medio de la cual el radicalismo llegó a la presidencia en 1916. La política democrática de la era del voto universal masculino significó para el presidente Yrigoyen el compromiso con un electorado más cercano a los sectores populares y obreros. Así aparecieron por primera vez de forma oficial en 1918 proyectos para la creación del impuesto a los réditos, lo que hoy conocemos como impuesto a las ganancias. El Congreso Nacional discutió por primera vez si quienes más ingresos tenían debían aportar más al estado. Elanálisisse extiende hasta 1925, luego de que una crisis en el sector agroexportador abriera un nuevo reclamo sobre la participación del estado en la regulación de la economía. El tercer capítulo gira alrededor de otra crisis, la que se inicia en 1930 y tiene consecuencias a lo largo de toda esa década. Nuevamente se combinaron cambios políticos y económicos, internos y externos. Y nuevamente se discutieron cuáles eran los límites de la acción estatal en cuanto a lo que podía o debía hacer en el mundo económico y social. La creación de una serie de instituciones como las juntas reguladoras de carnes y granos y el Banco Central de la República Argentina terminan por dar forma al vínculo que unirá a la economía y al estado. En el apartado final retomamos brevemente esta cuestión para analizar la forma en que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se convirtió en los años de 1950, en la primera usina de pensamiento económico desde y para América Latina al mando del economista argentino Raúl Prebisch. Cada período será analizado a través de algunos personajes paradigmáticos, que tuvieron gran relevancia y presencia en los debates y en la toma de decisiones de esos años. Estas figuras fueron economistas, pensadores sociales que concebían a su saber íntimamente ligado al estado. Para el primer capítulo serán Vicente Fidel López, Carlos Pellegrini y José Terry. López y Terry compartían el hecho de ser profesores de economía política y de finanzas, respectivamente, en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y el haber sido, ambos, ministros de hacienda de la nación. Para el segundo período será Alejandro Bunge, financista, economista y funcionario público que tuvo un lugar central en las discusiones políticas económicas y sociales de los años de la Gran Guerra. Finalmente Raúl Prebisch es sin dudas un personaje ineludible para analizar los años de 1930. Antes de ser reconocido por su participación en la CEPAL Prebisch tuvo una activa presencia en el diseño e implementación de la política económica argentina. Estos economistas son las voces que nos permitirán echar un vistazo a la forma en que el estado fue pensado y discutido en cada momento crítico. La cuestión impositiva será el eje del análisis en cada capítulo, entendiendo que a través de su estudio se puede ver claramente la relación entre economía y estado, ya que en su diseño intervienen condicionantes políticos, económicos y socio-culturales. No es lo mismo un estado que se financia a través de impuestos al consumo que uno que lo hace mayormente a través de un impuesto progresivo sobre las ganancias. Cada modelo supone una concepción sobre lo que el estado debe hacer, sobre la justicia distributiva y respecto de los límites del estado en relación con las economías individuales: ¿cada ciudadano es responsable de su propio bienestar o el estado debe garantizar ciertos niveles de satisfacción más allá de la capacidad de gestión personal? Este tipo de pregunta, que parece tan actual, tiene más de un siglo y medio en la Argentina. La complejidad del tema nos llevará a recorrer la historia económica y política argentina de cada momento. Es importante mencionar que las crisis económicas son tomadas aquí como un dato. Es decir que no nos proponemos desentrañar sus causas, sino acceder a través de ellas a los debates sobre la intervención del estado en la economía.