INVESTIGADORES
PEREZ Debora Jesabel
congresos y reuniones científicas
Título:
Aislamiento de hongos de suelo con potencial para degradar el insecticida imidacloprid.
Autor/es:
AGUIRRALDE, MELISA; PÉREZ, DÉBORA JESABEL; WOLSKI, ERIKA
Lugar:
Mar del Plata
Reunión:
Encuentro; XVI Encuentro de Biólogos en Red; 2022
Resumen:
El insecticida neonicotinoide imidacloprid (IMI) es el más utilizado en la agricultura argentina, dada su alta eficacia en el control de insectos chupadores, y baja toxicidad en vertebrados. Su uso desmedido en conjunción con sus propiedades fisicoquímicas-ambientales [baja volatilidad, no-hidrolizable, hidrofílico, moderada persistencia en suelos (t1/2 ̴ 200 días)], inciden en su frecuente detección en suelos, agua superficiales y subterráneas. La alerta ambiental acerca del IMI, fue el "síndrome del colapso de colmenas”, por su alta toxicidad en abejas y polinizadores. Presenta restricciones de uso en Europa, mientras que en Argentina se emplea de forma irrestricta, destacándose su empleo en el cultivo de frutillas del Cinturón Frutihortícola de Mar del Plata. Los efectos deletéreos en biota no-blanco y su persistencia ambiental, han llevado a implementar estrategias de mitigación y/o reducción de residuos de IMI en suelos y aguas contaminadas. La degradación fúngica, resulta una alternativa efectiva para la transformación de plaguicidas, sin embargo, se desconoce su eficacia en la degradación de insecticidas neonicotinoides. El objetivo del presente trabajo fue aislar cepas fúngicas con potencial para degradar IMI a partir de un suelo agrícola con historial de aplicación. Se tomaron muestras compuestas (n = 48) de los primeros 5 cm de un suelo cultivado con frutillas. Luego, se pesaron 20 g fresco de cada muestra, se realizaron diluciones seriadas al décimo, y se sembraron en placas de Petri conteniendo agar papa glucosa suplementado con 0, 50 y 150 mg/l IMI. Las placas fueron incubadas a 28°C por 7 días. Posteriormente, se aislaron 10 cepas fúngicas. Estas fueron crecidas a concentraciones de 500 y 1000 mg/l IMI, siguiendo el procedimiento anterior. Las cepas capaces de crecer y tolerar altas concentraciones de IMI se seleccionaron para a posteriori evaluar su potencial para degradar IMI. Estos resultados preliminares demuestran que ciertas cepas fúngicas podrían emplearse como herramientas de biorremediación de suelos y tratamiento de aguas contaminadas con IMI.Trabajo inédito