PERSONAL DE APOYO
MELAMED Andrea Florencia
libros
Título:
La naturaleza de las emociones. Una aproximación filosófica
Autor/es:
MELAMED, ANDREA FLORENCIA
Editorial:
Teseo Press
Referencias:
Año: 2016 p. 142
ISSN:
978-987-42-1633-5
Resumen:
Nadie niega ?sin importar la escasa o alta relevancia que se les otorgue? que las emociones forman parte de nuestra experiencia cotidiana; parece indiscutible que en nuestra vida se combinan deseos, creencias, sensaciones y emociones, entre otros estados psicológicos. Esta lista, aunque sea incompleta, nos llama a reflexionar en torno a la naturaleza distintiva de cada uno de los tipos de estados psicológicos que conforman nuestra experiencia. En cuanto a las emociones, la indagación sobre su naturaleza incluye dificultades propias de la complejidad fenómeno. Puede decirse que todo aquel que se precie de ser un investigador de las emociones, debe preocuparse por ofrecer una caracterización que ?como mínimo? permita decidir qué procesos o estados pueden ser llamados emociones, y cuáles no. Pero como ha dicho Izard (2009), elaborar una definición del término ?emoción? se ha convertido en un desafío, principalmente debido a su carácter multifacético y no unitario, lo que ha motivado que el uso indiscriminado del término condujera a confusiones y contradicciones en la investigación. A pesar de tan heterogénea naturaleza, los teóricos abocados al proyecto de ofrecer una mejor comprensión del fenómeno, han asumido, a veces acríticamente, la suposición de que se enfrentaban a un fenómeno, que como tal debía ser distinguido de los demás fenómenos psicológicos. Esta situación ha conducido la búsqueda tanto teórica como experimental del rasgo ?o conjunto de rasgos? único que opere como criterio de demarcación (Lazarus, Averill et al. 1970). De ese modo, por ejemplo, Clore concede que se debería buscar una caracterización que sea precisa a la vez que recoja los usos cotidianos del término, motivación que lo condujera a llevar adelante el análisis de 600 términos emocionales (Clore & Ortony 1988), arribando a la caracterización general de que los términos de emociones refieren a ?estados mentales internos que están primariamente enfocados sobre la afección? (Clore 1994b, p. 184).Por otra parte, estas preguntas acerca de la naturaleza de las emociones, es decir acerca de cómo caracterizarlas adecuadamente y cómo diferenciarlas de estados no emocionales, se encuentran inextricablemente vinculadas a otra serie de interrogantes. Por ejemplo ¿por qué las tenemos? ¿Cuál ha sido el origen y camino filogenéticos que nos han concedido este rasgo? Y, no menos importante, ¿para qué las tenemos? ¿Acaso las emociones poseen una función específica que cumplir? En un sentido similar, Rolls (2007) articula su elucidación de qué son las emociones, en virtud cuatro preguntas: qué produce emociones (i.e. a cuáles son sus antecedentes), por qué tenemos emociones, cómo las tenemos y por qué los estados emocionales se sienten de un modo particular. Si bien durante los últimos 30 años estas cuestiones acerca de la naturaleza de las emociones han recibido una atención especial (tanto de la filosofía como la psicología y ciencia cognitiva) lejos de cerrarse el debate, se han abierto otros. De modo que a las viejas dicotomías que articulaban el debate (como ser la oposición racional/irracional) se han agregado otras nuevas, tal como la dicotomía cognitivo/perceptivo. Esto ha derivado en que en el presente, la discusión en torno al presunto carácter cognitivo de las emociones, haya superado el marco en el que fue concebido y se haya constituido como una cuestión en sí misma. De este modo, el estudio de las emociones se ha fundado a partir de la puja que mantienen filósofos y psicólogos por la supremacía de un enfoque, cognitivo o perceptivo, perdiendo de vista el bosque que está detrás, es decir, el auténtico (y más general) asunto de la naturaleza de las emociones. De tal manera que, en la actualidad, una parte muy importante del debate en torno a la naturaleza de las emociones se articula a partir del apego a un abordaje de corte o bien cognitivo o bien perceptivo (o no cognitivo). El objetivo principal de este trabajo es contribuir a la comprensión de la naturaleza de las emociones, a partir de la elucidación de algunos conceptos que han sido propuestos para su explicación. En tal sentido, uno de los objetivos específicos, es mostrar que el debate articulado a partir de la oposición entre teorías o enfoque cognitivo versus enfoque perceptivo se erige sobre la base de la imprecisión conceptual y el equívoco. Así, una de las hipótesis que ha guiado esta investigación es que la cuestión en torno al carácter cognitivo o no cognitivo de las emociones ha dado lugar a una dicotomía espuria que ha operado sobre la teorización, moldeando (inadecuadamente) el debate contemporáneo en torno a naturaleza de las emociones.