INVESTIGADORES
CUTRUNEO Jimena Paula
congresos y reuniones científicas
Título:
Algunas observaciones sobre Hegel
Autor/es:
CUTRUNEO, JIMENA PAULA; RIGOTTI, ANA MARÍA
Lugar:
Rosario
Reunión:
Seminario; Seminario Las teorías estéticas modernas; 2007
Institución organizadora:
ANPCyT, FAPyD-UNR
Resumen:
En 1835 se dan a conocer las lecciones sobre estética (Vorlesungen uber die Aesthetik) impartidas en la Universidad de Berlín durante los años 1818-19. Dicha publicación debe pensarse dentro del marco de su filosofía del espíritu que junto a lógica y a filosofía de la naturaleza conforman las tres partes fundantes del sistema de pensamiento hegeliano. Todo su sistema plantea una evolución dialéctica del espíritu en tres momentos: el de la idea (espíritu subjetivo), el de la negación de la idea (espíritu objetivo), y el de la negación de la negación (espíritu absoluto) fase en la que dicha substancia adquiere conciencia de su naturaleza racional y toma posesión de su propia libertad. En este devenir dialéctico la filosofía del espititu alcanza el estadío de más alto desarrollo, estadío que incluye al arte. Este proceso, que como tal implica un devenir temporal para la autorrealización de la idea, explica los elementos de su filosofía y organiza a su vez las fases de su desarrollo. En este mismo sentido Hegel distingue tres fases en la actividad artística de la humanidad, tres momentos claves en el desarrollo estético que puede describir en cada uno de las cinco artes particulares: 1- el arte simbólico en el que prevalece el dato sensible, la intuición inmediata e irreflexiva de la cosa que al no poder explicarse en el objeto ideal, se transforma en símbolo, en alusión a algo más general. 2- el arte clásico en el que el esfuerzo para adecuar la forma al significado, el sujeto al objeto, lleva a la completa objetivación de la subjetividad del artista (el carácter del arte clásico consiste en la claridad, la serenidad, la superación de cualquier agobio o tensión) 3- el arte romántico en el que el espíritu insatisfecho de la forma de adecuación que lo ha constreñido durante la fase precedente, predomina sobre la expresión corpórea, tenida por insuficiente. En esta fase (la más completa), el espíritu se retira desde el exterior hacia el interior, en un proceso dialéctico más intimo y compacto. Esta tercera forma histórica de lo artístico no es el arte del romanticismo decimonónico, sino el de la espiritualidad medieval. Para Hegel el arte se dirige tanto a los sentidos como al espíritu, de allí que la división de las artes particulares deba apoyarse en el sentido al que ellas se dirigen y en los materiales sensibles que le correspondan Esta clasificación surge de la naturaleza misma de la obra de arte y su relación con aquellos estadíos de evolución de la idea. Si el arte tenía como fin la representación del ideal, del absoluto, del espíritu, su clasificación surge de la mayor o menor capacidad de cada una de ellas para expresarlo, es decir del menor o mayor grado de espiritualidad, lo que supone al mismo tiempo la asociación con los grados de desarrollo históricos que plantea. La arquitectura es la primera de las artes por lo cual en ella todavía hay una relación exterior entre la idea y sus modos de representación. Sus materiales son la materia propiamente dicha, no animada por el espíritu, trabajadas solamente por las leyes de la tectónica, por líneas y formas de la naturaleza exterior ...dispuestas con regularidad y simetría, de manera de conformar, en su unión, una obra de arte que ofrezca un simple reflejo del espíritu .En ese camino ascendente hacia la espiritualidad clasifica a la escultura, la pintura, ,la música y la poesía. Estas cinco artes forman el sistema de las artes reales. Después de ellas existen para Hegel otras artes (arte de los jardines, danza, etc.) pero que el considera no deben ser objeto de estudio de la filosofía por tratarse de géneros mixtos que no ofrecen un verdadero grado de perfección. Para Hegel cuando el arte llega a la cumbre de esa manifestación sensible de lo absoluto su misión emancipadora llega a un fin, aunque "seguramente cabe esperar que el arte no dejará nunca de elevarse y de consumarse, pero su forma ha cesado de ser la exigencia suprema del espíritu"[1]Sólo en este sentido Hegel habla de la muerte del arte, de su condición pasada. Y de la necesidad, en el mundo moderno, de pensar sobre el sentido del arte ya superado en su época de esplendor como belleza sensible. [1]Citado en Martín Heidegger, "El origen de la obra de arte", en Caminos de bosque, Madrid, Alianza, 1995, p.69.