La Comercial de Rosario. De Lorenzi, Otaola y Rocca.

CUTRUNEO, JIMENA PAULA

Buenos Aires

Jornada; 1º Jornadas de Historia y Cultura de la Arquitectura y la Ciudad; 2011

Universidad Torcuato Di Tella

Claro exponente del primer período en la “disputa por la trasformación de la disciplina” (1930-1939) que Liernur identifica para la Arquitectura Moderna en la Argentina, esta obra es paradigmática de la arquitectura rosarina por distintas razones. De Lorenzi (DL) perteneció a la primera generación de arquitectos modernos graduados en el país que actuaron en Rosario y su participación en diversos frentes (actividad gremial, participación en la universidad como docente y en gestión, su producción teórica, su prolífica participación profesional, su actividad en diversas asociaciones civiles y culturales) lo constituyó como uno de los conductores del campo en la ciudad de Rosario por esos años; cuestión evidente también en su inclusión dentro del número de enero de 1930 de la Revista de Arquitectura. En La Comercial, obra madura del estudio, se advierte la selección conciente de DL respecto de referentes europeos; a la vez que la constitución de una síntesis de búsquedas que desde el comienzo de su actividad profesional también se incluían en planteos teóricos. El trabajo volumétrico y de la silueta en todas sus orientaciones y el abandono la composición simétrica hasta entonces característica de los pequeños rascacielos rosarinos, planteaba una nueva estrategia para trascender la trama urbana y constituirse en hito. Así materializaba el juego de masas que el propio DL sostenía en sus Generalidades Arquitectónicas (1928) era el corazón de la nueva arquitectura. La tensión vertical de ese juego volumétrico es la novedad respecto del trabajo con la horizontal que desde comienzos de la década se ensayaba en la ciudad como búsqueda de una nueva imagen para los edificios en altura, distante ya de los referentes neoyorquinos.  Respecto de lo urbano, su ubicación conjuntamente con otros dos edificios contemporáneos del estudio sobre el Bulevar Oroño (Gilardoni - 1938 y De Bernardi –1939), daban cuenta del proceso de modernización en la ciudad y de la expansión del centro hasta esta primera ronda de bulevares, siendo los primeros edificios en altura sobre esta arteria y cambiando drásticamente su fisonomía hasta entonces caracterizada por los petits hotels de las elites. Se daba de este modo inicio a un proceso paulatino de sustitución edilicia que consagraría en este sector de la ciudad la especulación inmobiliaria mediante la vivienda en altura; marcando a la vez la apertura de este tipo inmobiliario a nuevos sectores de la planta urbana. La Comercial incluye una problemática central de la arquitectura moderna en la Argentina: la vivienda como mercancía, y su redefinición tipológica desde lo distributivo incorporando búsquedas vinculadas a la formación de DL que algunos años después condensaría en su apunte para estudiantes Evolución de la vivienda (1940) donde el edificio en altura era entendido como el tipo moderno por excelencia por su capacidad de aunar economía, confort técnico y distributivo. Alternando la estética del hormigón con otros materiales, esta obra muestra la madurez de este periodo caracterizado por la clara articulación de volúmenes, la opacidad y abstracción; signando los modos de resolver este tipo de allí en más.