BECAS
ABBONA Anabela Elizabeth
congresos y reuniones científicas
Título:
Los asentamientos indígenas en el centro-norte del Territorio Nacional de la Pampa Central (primera mitad del siglo XX)
Autor/es:
ABBONA ANABELA
Reunión:
Jornada; Jornadas de estudios indígenas y coloniales. San Salvador de Jujuy; 2009
Resumen:
Por años, la historia de las sociedades indígenas en el periodo que siguió a las conquistas militares de 1879-1885 permaneció desatendida. Sin embargo, en los últimos años nuevos análisis y perspectivas, de la mano tanto de antropólogos como de historiadores, abrieron el camino a una renovación historiográfica que permitió superar los límites de la historiografía tradicional y conocer así el destino de estas comunidades una vez finalizadas las campañas. Las políticas diseñadas por las autoridades nacionales para la incorporación/ subordinación de los pueblos indígenas implicó la desarticulación social de estos pueblos a través de desmembramientos de familias enteras que muchas veces nunca más pudieron reencontrarse. Sin embargo y pese a las condiciones adversas de los indígenas sobrevivientes, el periodo que va de mediados de 1880 a principios del siglo XX se caracterizó por el intento de reorganizarse para evitar el impacto de las políticas destribalizadoras. Se inició una política de radicación de los grupos indígenas que, según Briones y Delrio (2002), no respondía a un intento sistemático y continuo de incorporación de estos pueblos al estado-nación. Mientras que en algunos casos se aplicó el sistema de misiones o reducciones como ámbito de disciplinamiento (Chaco o Tierra del Fuego), para los que se mostraban más ?argentinizados? o ?civilizados? tendió a aplicarse la radicación en colonias pastoriles. Otros grupos se vieron favorecidos por leyes especiales del Congreso, gracias a las cuales pudieron establecerse. Finalmente, líderes de menor rango, pudieron asentarse sobre la base de permisos precarios de ubicación en tierras públicas otorgadas a un determinado jefe y ?su tribu?, muchos de los cuales resultarán en lo que se conoce como un sistema de reserva de tierras fiscales con tenencia precaria. Pero a diferencia de aquellos grupos que obtuvieron leyes especiales o concesiones del gobierno, gracias a los cuales pudieron conservar o reacomodar su estructura social y su organización doméstica , otras parcialidades no gozaron de ningún tipo de concesiones y permisos y no pudieron reorganizarse una vez finalizadas las campañas. Estos últimos, accionando individualmente o en pequeños grupos, apostaron a la radicación en lotes rurales fiscales o de propietarios absentistas en condición de intrusos, o bien se incorporaron al mercado de trabajo laboral como mano de obra asalariada en los centros urbanos o en las nuevas chacras y estancias (Quijada 1999; Argeri 2001; Mases 2002; Mases y Gallucci 2007). En el entonces Territorio Nacional Pampa Central entre 1882 y 1900, paralelamente al fenómeno nacional, algunos contingentes solicitaron la concesión de tierras para establecerse. Pese a la resistencia de los gobernantes de territorios y de otros sectores dominantes, estos grupos, gracias a las gestiones de los caciques y de sus vinculaciones con el gobierno nacional, lograron la entrega de tierras para su radicación y reorganización. Estas concesiones brindaron, además, un marco que permitió la creación de colonias tales como Emilio Mitre y Puelches (Salomón Tarquini 2009). Pero más allá de las políticas oficiales de dispersión en el área pampeana, ciertos grupos de indígenas volvieron a las tierras que habían ocupado en el periodo previo a la pérdida de autonomía, instalándose en calidad de intrusos, en tierras fiscales o de propiedad privada, hasta que los propietarios de los campos se lo impidieran, constituyendo asentamientos dispersos. Temporaria o definitivamente, estos pobladores podían migrar a las estancias para trabajar como mano de obra asalariada (Salomón Tarquini 2009). Hacia 1920, diversas fuentes dan cuenta de la existencia de grupos de indígenas instalados en la zona centro-norte de la actual provincia de La Pampa. Creemos que estos grupos pudieron haber desarrollado formas alternativas de subsistencia constituyendo asentamientos espontáneos que no respondían a ninguna de las formas previstas por los agentes estatales para la incorporación/subordinación de los pueblos indígenas en el territorio. En un área donde el control del estado escaseaba o su alcance era muy tenue, estos contingentes desarrollaron asentamientos que le permitieron vivir de manera relativamente autónoma y sin la necesidad de asalariarse por completo, con patrones similares al periodo previo a la pérdida de autonomía. En particular, nos referimos a la zona de los parajes que se encontrarían en la franja entre Telén/Victorica y Colonia Emilio Mitre, conocidos como Pichimericó, Pichicarriló, Faja Negra, Cerro Chancho y El Odre, entre otros (actuales departamentos de Loventue, este de Chalileo, norte de Limay Mahuida, y norte de Utracán). En este marco, nos propusimos un trabajo de corte descriptivo-exploratorio que ofrezca un cuadro general sobre las principales características de estos asentamientos y de algunos de sus pobladores. Se intentará sobre todo reconstruir las formas vida y la evolución de estos parajes mientras estuvieron poblados, esto es entre 1800 y fines de 1920. Antes de continuar cabe aclarar algunas cuestiones. El sector social que forma parte de nuestro estudio son aquellos pobladores indígenas identificados como tales en el informe de inspección de tierras del año 1920 , a excepción de los pobladores de las Colonias General Emilio Mitre y Los Puelches, estas dos surgidas de asignaciones oficiales de tierras. Una de las fuentes analizadas, los informes de inspección de tierras, tienen la enorme ventaja de brindar un análisis exhaustivo de las principales características socio-económicas de estos asentamientos y de sus pobladores. A los informes generales sobre clima, capacidad ganadera, fauna, flora, aguadas, entre otras, se le agrega una descripción detallada, en la mayoría de los casos, de la composición familiar de cada una de las poblaciones del lugar, con nombres y edades, estado civil, nacionalidad; las mejoras introducidas (pozos, jagüeles, viviendas, etc.) y los materiales usados para su construcción, la cantidad y tipo de haciendas, la propiedad de las mismas y el registro de marcas y señales, entre otras. También se describe la ubicación de cada una de estas poblaciones por sección, fracción y lote, acompañado de una serie de croquis que muestran al lector la localización específica de estas familias dentro de cada lote o legua. A pesar de la riqueza de esta fuente, cabe destacar que en concordancia con el clima ideológico y político de la época este documento está imbuido por una fuerte tendencia etnocéntrica, fácilmente detectable en las apreciaciones que el autor del informe realiza sobre algunos de los habitantes de la zona. Además, es importante señalar que es el inspector encargado de relevar la información de estos asentamientos el que califica a los pobladores del lugar ya sea como indígenas, argentinos o extranjeros. Brígida Baeza (2007) caracteriza a los inspectores como ?productores identitarios?, ya que éstos clasificaban y diferenciaban a los pobladores, de acuerdo a tipologías elaboradas por el estado nacional, favoreciendo o perjudicando a determinados grupos sociales. Al elaborar diferentes representaciones acerca de los habitantes de la zona influían notoriamente sobre sus vidas, ya que eran los encargados de sugerir o no el otorgamiento de la propiedad de las tierras. Pero existe además otro riesgo al considerar esta fuente: el de que existan pobladores indígenas que no se autoidentificaron como tales en el momento de la inspección. De esta manera, todos estos procesos confluyen y conducen a la posibilidad de que estemos pasando por alto la existencia en la zona de otros pobladores indígenas, más allá de los ya detectados. Por último es importante resaltar que pese al importante desarrollo de estudios científicos y académicos de los últimos años, los estudios regionales del área pampeana, al menos en los que respecta a la problemática indígena, son muy escasos. La extrema carencia bibliográfica se acentúa al indagar sobre el tipo de asentamientos objeto de estudio de nuestro trabajo, se profundiza aún más cuando se avanza en el estudio del siglo XIX, y se sigue acrecentando al reducir la escala de estudio al centro-norte de la provincia. Con todo y pese a sus limitaciones, esperamos que este trabajo permita avanzar en el conocimiento de la historia de los pobladores del centro- norte de la actual provincia de La Pampa, abriendo, además, el camino a la aparición de nuevos interrogantes y futuras investigaciones acerca de la zona y sus protagonistas.