“Nuevo modelo tecnológico, gestión de la explotación y sentidos asignados a la tierra en la agricultura familiar pampeana”

MANILDO, LUCIANA Y MUZLERA KLAPPENBACH, JOSÉ ALBERTO

Facultad de Ciencias Económica de la UBA

Jornada; V Jornadas Interdisciplinarias de Estudios Agrarios y Agroindustriales 2007 CIEA; 2007

Las transformaciones del nuevo modelo productivo delinean los contornos de una nueva agricultura familiar[1] que no se desarrolla de manera automática ni lineal. Este nuevo modelo, consolidado a la par de políticas neoliberales que desregularon el sector, impulsó la ampliación de la escala de explotación y mayores requerimientos de capital, generó oportunidades diferenciales de inclusión e implicó transformaciones que pueden advertirse en diferentes niveles: organización laboral, gestión empresarial, conexión con los mercados, formas de financiamiento, niveles de rentabilidad, dinámicas familiares, formas de relación con la tierra, etc. Las nuevas condiciones estructurantes han compelido a los actores –en tanto agentes activos- a reconvertir capitales[2] (Bourdieu 1990; 1999), en función de los recursos disponibles, para intentar adaptarse a un nuevo escenario con menor capacidad de inclusión que el precedente. El trabajo da cuenta de la manera en que la descomposición del modelo anterior implica, tanto la emergencia de elementos novedosos como la refuncionalización de algunos de los preexistentes en la fase de recomposición en curso. Para ello, creemos que hay dos dimensiones de análisis que resultan insoslayables: la relación de los sujetos con la tierra y la relación entre familia y explotación. [1] La agricultura familiar –independientemente de estas transformaciones- sigue caracterizándose por la interconexión entre acumulación de capital y reproducción y bienestar del grupo familiar (Gras y Barbetta, 2005) [2] Pierre Bourdieu distingue cuatro formas de capital: a) el económico, constituido por los diferentes factores de producción y el conjunto de los bienes económicos (ingresos, patrimonio, bienes materiales); b) el cultural, correspondiente al conjunto de las competencias intelectuales, sean producidas por el sistema escolar o transmitidas por la familia; c) el capital social, que se define como el conjunto de relaciones sociales de las que dispone un individuo o grupo; d) el capital simbólico, que corresponde al conjunto de rituales ligados al honor y el reconocimiento, que no es sino el reconocimiento y posesión de las otras tres formas de capital.