BECAS
LIPCEN Erika Daniela
libros
Título:
La Literatura en la Filosofía Política. Cuadernos de Nombres
Autor/es:
LIPCEN, ERIKA Y FARGA, GISEL
Editorial:
Brujas
Referencias:
Lugar: Córdoba; Año: 2013 p. 163
ISSN:
978-987-591-376-9
Resumen:
Este décimo volumen de Cuadernos de Nombres reúne una serie de textos que, partiendo de diversas tradiciones filosóficas, buscan detectar las formas en las que la filosofía ha recurrido a la literatura para pensar la política. Desde el recurso literario al mito, pasando por el teatro, la poesía, la novela, la reflexión filosófica siempre ha entrecruzado múltiples lazos con la literatura. En esta compilación, los autores buscan trazar ese vínculo, a veces frágil y solapado, otras más evidente, en el que la filosofía se muestra en una relación de fraternidad con el pensamiento literario. Es partiendo de esa composición fraternal que se busca pensar, precisamente, la política. El libro comienza con el planteo de algunos interrogantes insoslayables que conciernen a la relación entre el lenguaje y la política, al contenido político intrínseco a toda forma literaria y, por tanto, a sus posibilidades de poner en cuestión lo dado. Junto a esta problemática, se erigen también tanto la cuestión del vínculo polémico entre la contingencia histórica y el arte, como la de la relación entre la producción y la posición política del artista: ¿es importante la biografía política para valorar una obra?, ¿o el hombre de acción y el valor artístico deben ser juzgados por separado?, ¿debe la obra considerarse por lo que el creador, en cuanto ciudadano, hace con ella? Y de ser así, ¿cómo hacerle justicia a aquello que el objeto artístico por sí mismo exige? Por otra parte, encontramos enfatizada la relevancia política de una indagación de los géneros del gusto popular frente a su descalificación como mera literatura comercial: el trabajo político de la construcción de nuevos modos de pensar y sentir no puede pasar por alto aquello que la literatura nos dice de las ideologías en pugna y de las subjetividades que produce. A la resistencia política la hallamos también problematizada en este libro a partir de ciertos personajes literarios como Bartleby, que con su pasiva aunque radicalmente perturbadora fórmula I would prefer not to deja sin sustento a los engranajes que mantienen la dominación. En el libro se presenta además un caleidoscopio de lecturas, no siempre excluyentes unas de otras, tanto de la obra Franz Kafka como del Marqués de Sade. Con énfasis en la parábola Ante la ley, se trata la temática de la inaccesibilidad a la misma y se destacan la violencia y el elemento literario -ficcional- que están en su origen. Por otra parte, novelas como El Proceso o El Castillo son tomadas para pensar la maquinaria burocrática estatal que se ponía en marcha en la época de Kafka, así como las experiencias totalitarias en tanto ápices de dicha maquinaria. Finalmente, también se tematiza otro aspecto de la obra de Kafka referido al modo en que sus parábolas hacen frente al problema de la pérdida de la transmisión del judaísmo a comienzos del siglo XX. En cuanto a la figura del Marqués de Sade, se afirma, por un lado, la necesidad de leer al autor entre líneas, buscando sus argumentos políticos esenciales en personajes menores. Asimismo, su obra es abordada tanto desde una perspectiva biopolítica -Sade como aquel que permite pensar la tensión entre el poder soberano que niega la vida y el poder sobre los cuerpos que la afirma-, cuanto desde la postulación por parte de Sade de la necesidad de satisfacer los deseos tiránicos de los hombres -teniendo como horizonte una revolución sobre los principios, la moral y la opresión- para no volver a caer en el despotismo que ha dejado atrás la revolución. Por último, un conjunto de textos se detienen en la relación de la política con la tragedia y con la épica. Junto a Antígona y su transgresión a la ley, donde se piensa la tensión originaria de toda comunidad, pasando por La Numancia de Cervantes en la que la comunidad trágica cobra sentido en la muerte que enlaza fraternalmente a los hombres, y aparece como reverso de toda comunidad unitaria y utilitaria, también se propone poner en tensión Antígona, Hamlet y Godot, para pensar sus estructuras a partir del horizonte epocal en el que respectivamente surgen.