El Paradigma de la Democracia Deliberativa

OLIVARES, NICOLÁS EMANUEL

Corrientes (Corrientes)

Congreso; VII° Congreso Nacional de Derecho Político; 2010

Asociación Argentina de Derecho Político

Siendo que el tipo de modelo de democracia que adoptemos al interior de nuestras comunidades políticas influye de sobremanera en la efectividad y moralidad de nuestras prácticas ciudadanas y cotidianas de poder, surge necesario para analizar de manera adecuada la inestabilidad política y la ilegitimidad de las prácticas de gobierno, el estudio de los modelos normativos teóricos democráticos ya pensados. En este sentido, variedad de investigaciones confirman que hoy en día, en el escenario político argentino, y en la gran mayoría de Latinoamérica, no está en el centro de la discusión ni el sistema democrático ni el presidencial en sí mismos, sino que preocupa la endémica continuidad del patrón de inestabilidad política que afecta la gobernanza latinoamericana en sus niveles más altos. El mismo se caracteriza por la salida anticipada del primer mandatario, y ha sido un problema persistente durante las tres últimas décadas (desde la caída del presidente boliviano Hernán Siles Zuazo en 1985) y ha determinado que una larga lista de presidentes se vea imposibilitada de completar sus mandatos constitucionales. Como bien indica Ollier, en el marco de estructuras democráticas de tipo representativo de gobierno, la situación no se muestra como excepcional, sino como un fenómeno dinámico, constante, cíclico que padecen en definitiva las democracias de baja institucionalización. Nuestra propuesta de solución reside en dotar al sistema argentino de algunas, o bien todas las características de los modelos participativo y deliberativo, para superar las constantes crisis de estabilidad y fragmentación política que como argentinos cíclicamente padecemos. ¿Por qué sostenemos esto? Porque ante una realidad global, cambiante compleja, el paradigma de la democracia deliberativa se erige como un modelo democrático complejo, de gran vigencia, y que tiene la virtud de una vez puesto en marcha, constituirse en fuente de estructuras dialógicas de consentimiento popular, que permitan el adecuado y constante análisis y evaluación de las prácticas políticas actuales, a la luz de un núcleo de principios morales, también discutidos y públicamente delimitados en contenido y alcance, los cuales actúan como estándares de legitimidad. De este modo, podremos dotar de bases sólidas y profundamente democráticas a una republica joven, que ha sufrido y sufre las inclemencias internas y externas de un modelo económico-financiero internacional excluyente y extremadamente vertical y autoritario.