INVESTIGADORES
RODRIGUEZ GUSTA Ana Laura
libros
Título:
Inclusión e innovación social: algunas reflexiones para el diseño de políticas públicas
Autor/es:
RODRÍGUEZ GUSTÁ, ANA LAURA
Editorial:
Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) - Uruguay
Referencias:
Lugar: Montevideo; Año: 2008 p. 32
ISSN:
978-9974-8166-0-2
Resumen:
Esta publicación propone una reflexión respecto de la relación entre sociedad, tecnología e innovación, a efectos de informar el diseño de políticas públicas y sugerir algunas medidas concretas de acción inspiradas en la introducción del Plan Ceibal (una computadora por niño o niña). En líneas generales, el pensamiento estándar en torno a las nuevas tecnologías las concibe como entidades que parecerían traer mayores grados de igualdad en la sociedad en forma casi automática, mediante un incremento del desarrollo económico. Por cierto, la innovación tecnológica es un factor fundamental en la economía, por lo cual concita atención por parte de hacedores de políticas, aunque no ofrece soluciones rápidas a problemas sociales complejos. Si bien se espera que el desarrollo tecnológico y la innovación sean factores que colaboren con la edificación de una sociedad próspera, no existe una asociación lineal entre estos fenómenos puesto que las relaciones sociales del cambio técnico son, en definitiva, relaciones de poder y, por ende, podrían renovar asimetrías de clase, género y raza, entre otras. El hecho de pensar que fenómenos complejos como la pobreza podría desaparecer como consecuencia de un mayor grado de desarrollo tecnológico es una presunción ciertamente ingenua: ambos fenómenos no guardan entre sí una relación directa. Al mencionar la “utilidad social” de la ciencia, es preciso reconocer que no existe, necesariamente, una conexión aparente e inmediata entre los problemas científicos indagados con las intenciones de mejorar las condiciones de igualdad social, aunque los desarrollos científicos y tecnológicos resulten eventualmente relevantes para dichos fines (Kreimer y Zabala, 2006). A pesar de ello, se podría orientar la temática de las investigaciones hacia la búsqueda de soluciones de asuntos sociales, lo cual permite instalar la inclusión social como un objetivo inspirador de la propia agenda de investigación (Sutz, 2008). Habida cuenta de estas precisiones, podríamos pensar entonces en establecer vinculaciones entre las políticas de innovación y el abordaje de problemas sociales acuciantes, como lo son, entre otras cuestiones, el desempleo, la vivienda de baja calidad, y la falta acceso a servicios sociales universales adecuados. La relación entre innovación tecnológica y desigualdad social ha sido valorada desde diferentes posturas. Tomando las tecnologías de información y comunicación (TIC), por ejemplo, varios actores sociales y políticos han puesto sus esperanzas en que las mismas logren estimular mayores grados de justicia social. Otras voces, por el contrario, afirman que las TIC podrían exacerbar desigualdades sociales al crear distinciones entre inforicos e infopobres, introducir formas de vigilancia y control social mediante nuevos mecanismos electrónicos, y polarizar el mercado de trabajo. En América Latina, las nuevas tecnologías no parecerían haber incrementado, al menos significativamente, el bienestar de la población. En los países desarrollados, muy por el contrario, el cambio tecnológico habría contribuido a fomentar una mejor calidad de vida entre sus habitantes. En vistas de ello, Senker (2000) afirma que “en general, el cambio tecnológico está siendo guiado en direcciones que representan un proceso que favorece, en forma constante, a las personas y las regiones que ya son afluentes” (214; énfasis propio). Para la sociología, las tecnologías emergentes son una cuestión a ser tomada seriamente por el Estado mediante el diseño e implementación de políticas públicas. Por cierto, las políticas distan de tener resultados simples y predecibles ya que las tecnologías configuran, de acuerdo con algunos autores, verdaderos mundos de vida (Winner, 1986) y sus impactos son difíciles de predecir de antemano. Además, no es posible que una solución tecnológica pueda abordar, enteramente, problemas sociales caracterizados por innumerables facetas. En todo caso, la sociología ha acumulado suficiente evidencia que interroga, críticamente, la mentada asociación entre innovación, tecnología y “progreso social”, la cual se expone en muy grandes trazos en la presente publicación.