Las políticas de género y TIC como entornos tecno-culturales: ¿más espacios públicos o más burocracia?

RODRÍGUEZ GUSTÁ, ANA LAURA

Buenos Aires

Simposio; Seminario Creadoras de la Sociedad del Conocimiento. Diálogo entre mujeres iberoamericanas; 2008

FLACSO Cátedra Género Unesco Cooperación Española

La conformación de maquinarias de género y la formulación y la ejecución de políticas de género son manifestaciones organizativas de conflictos respecto de las relaciones socioculturales que asignan disímiles grados de poder a varones y mujeres. Ahora bien, las organizaciones y las instituciones públicas – incluyendo aquellas que atienden cuestiones de igualdad de oportunidades -- están siendo desafiadas por programas de incorporación y uso de nuevas tecnologías de información y comunicación. Las TIC implican la puesta en marcha de procesos de comunicación veloces y de enorme amplitud y variedad por lo que no se reducen a ser simples instrumentos de ejecución de políticas ni simples medios de administración pública. Estas tecnologías transforman los términos en los que se desarrollan las actividades del estado y sus significados (Echeverría, 2008). Por cierto, las tecnologías no obran sobre el vacío sino que están inmersas en contextos sociales, económicos y políticos por lo que se produce una relación iterativa entre el mundo on-line y el off-line (Warschauer, 2003). En esta iteración se construyen estructuras materiales y culturales que definen los parámetros para la acción. En definitiva, el uso de TIC constituye una práctica social que implica el acceso a los artefactos físicos, la comprensión de su contenido y las habilidades para interpretarlo. Más allá de ciertos escenarios pesimistas respecto del desarrollo de las TIC y sus consecuencias sobre la justicia social, parecería que las políticas públicas podrían beneficiar a amplios grupos de la población en la medida en que el estado regule y controle la infraestructura tecnológica y sus aplicaciones (Warschauer, 2003). Respecto de la equidad de género, los mecanismos del estado -- en oposición a los del mercado -- son altamente valorados en aras de un “desarrollo humano” de las TIC (Marcelle, 2002). Por su parte, las políticas de igualdad de género apuntan a resolver injusticias socio-económicas así como injusticias de orden simbólico relativas a las pautas sociales de representación, interpretación y comunicación (Fraser, 1995). Esta doble consideración implica que cuando las TIC ingresan en el ámbito de las políticas de género, no resulta suficiente garantizar el acceso físico a computadoras, sino que se requiere de un amplio conjunto de políticas adicionales – como lo son las de participación ciudadana y las pedagógicas. A partir de estas líneas argumentativas, este trabajo aborda la intersección entre las políticas de transversalización de género y la incorporación de TIC por parte del estado a través de los siguientes interrogantes. ¿Cómo incide el empleo de TIC en las modalidades de formulación y ejecución de políticas de transversalización? ¿En qué medida las TIC colaboran (o no) con la calidad de estas políticas? Por ejemplo, ¿pueden los programas de promoción de TIC contribuir a mejorar las prácticas de coordinación entre las agencias del estado que la transversalización de género presupone? Además, ¿en qué forma podrían las TIC expandir el diálogo entre el estado y la sociedad? Por cierto, el análisis de las posibilidades del fortalecimiento de capacidades estatales para el desarrollo de políticas de transversalización de género es particularmente desafiante en vistas de que la “arena de TIC” devela sesgos por género que afectan, en particular, a las mujeres usuarias (Marcelle, 2002).