INVESTIGADORES
PAGLIONE Horacio A.
capítulos de libros
Título:
111 años de gráfica política de izquierdas. Estudio preliminar
Autor/es:
PAGLIONE, HORACIO
Libro:
Gráfica política de izquierdas. Argentina. 1890-2001
Editorial:
La Marca Editora
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2006; p. 17 - 35
Resumen:
Las izquierdas, esas hijas díscolas de la modernidad, aparecen en nuestro imaginario asociadas inevitablemente a la batalla de las ideas, la defensa de los principios, la lucha por los derechos, el ejercicio de la crítica sobre los intereses particulares, los privilegios, los convencionalismos y los prejuicios. Se presentan como el Logos que viene a disolver los Mitos, la Luz que finalmente ilumina las Tinieblas, el escepticismo capaz de corroer las ingenuas creencias populares, las Vanguardias que osan ir más allá de lo que se atreve la masa anónima. Sin embargo, las izquierdas no son pura idealidad contra la materialidad de los intereses, de los sentimientos o de los prejuicios. Paradójicamnte, esa autorepresentación iluminista y jacobina de las izquierdas sólo se tornó eficaz y movilizadora cuando esas ideas fueron capaces de encarnarse en fuerzas sociales (en la jerga de principios del siglo XX: de convertirse en ?ideas-fuerza?), los principios devinieron creencias y la razón, una nueva fe. Karl Marx profetizaba en 1844 que las ideas sólo devenían materiales cuando eran capaces de penetrar en el ?ingenuo terreno popular?. Y así fue: esas ideas de avanzada que en las décadas de 1840 y 1850 profesaban algunos exiliados románticos acompañados de algunos seguidores entusiastas ?de Proudhon a Marx y de Bakunin a Lassalle?, para 1900 se habían transformado en las grandes ideologías obreras que profesaban cientos de miles de trabajadores de Europa y América: el anarquismo y el socialismo. Para que se consumara este pasaje de los libros de teoría a las calles, a las fábricas y a las viviendas obreras, fue necesario un proceso de gestación de símbolos y de imágenes capaces de comunicar eficazmente las nuevas ideas y los nuevos valores a las grandes masas, aptos para irradiar su poderoso magnetismo. Es así que en el proceso de construcción de las identidades colectivas del anarquismo y del socialismo (y más tarde del comunismo) jugaron un rol central las manifestaciones y las marchas a través de las cuales los trabajadores ganaban las calles de la ciudad, los himnos revolucionarios entonados por la multitud, las banderas rojas y las pancartas. En las tribunas populares, alzadas con motivo de la jornada histórica del 1º de Mayo o de una huelga, los viejos doctrinarios ceden su lugar a los grandes oradores, con sus moños voladores y sus grandes ?mostachos?, sus gestos enfáticos y su elocuente retórica. Los periódicos cargados de minúsculas tipografías pierden terreno frente a los almanaques populares, las revistas y los semanarios obreros en que los largos textos son eficazmente acompañados por todo un universo de representaciones simbólicas (íconos, alegorías, etc.) capaces de condensar un mundo de ideas y de valores.