Contenido de mercurio en suelos y sedimentos de cuencas hídricas afectadas por la actividad antrópica (Ushuaia, Tierra del Fuego, Argentina).

DIODATO, S.; MORETTO, A.; ESCOBAR, J.; MARCOVECCHIO, J.; CUTILLAS BARREIRO, L.; GÓMEZ-ARMESTO, A.; ARIAS-ESTÉVEZ, M. ; NÓVOA-MUÑOZ, J. C.

Vila Real

Congreso; X Congreso Ibérico y VII Iberoamericano de Contaminación y Toxicología Ambiental (CICTA); 2015

SICTA- UTAD

El mercurio (Hg) es un elemento de elevada toxicidad ambiental y gran habilidad para ingresar en los sistemas biológicos, que alcanza los suelos mediante deposición seca, húmeda y la caída de biomasa senescente. Ushuaia (Sur de Tierra del Fuego, Argentina), es una ciudad rodeada por bosques caducifolios de Nothofagus pumilio por donde discurren cursos de agua que desembocan en la zona costera atravesando la zona urbana. En este estudio se seleccionaron tres cuencas cuya parte final atravesaba al entorno urbano, y una cuarta (como control) en el Parque Nacional Tierra del Fuego. En cada cuenca se ubicaron un lugar en la zona alta, en la zona media y en la desembocadura como representación de áreas de nula, media y elevada influencia urbana. En los 12 lugares se tomaron muestras superficiales de suelos y sedimentos en primavera de 2013, y en verano y otoño de 2014, en los que se determinó el contenido y la distribución de Hg y otros parámetros químicos. Los niveles de Hg en suelos variaron entre 21 y 77 ng g-1, mientras que en sedimentos variaron entre 23 y 128 ng g-1. El Hg en el suelo se correlacionó positivamente con el N, S, P y algunos metales (Cr, Zn, K, y Ca), mientras que en los sedimentos las correlaciones fueron positivas con C, N, P, S, Fe, Zn, Na, K y Mg, y negativas con el pH. Un análisis multivariante mostró que los suelos de la desembocadura del Arroyo Grande (compuesto por material de relleno) y los sedimentos de la desembocadura del Arroyo Buena Esperanza en la Bahía Encerrada (con aporte continuo de efluentes pluviocloacales sin tratar) presentaron los niveles más altos de Hg, S, P y cationes. Esto resultados sugieren que las actividades antrópicas urbanas alteran el estado natural de los ecosistemas.