INVESTIGADORES
CANESTRARO Maria Laura
capítulos de libros
Título:
Apropiación del espacio y construcción social de identidades
Autor/es:
CANESTRARO MARÍA LAURA
Libro:
Campo político, campo barrial...¿(Di) visiones en pugna?
Editorial:
Ediciones Suárez
Referencias:
Lugar: Mar del Plata; Año: 2007; p. 81 - 99
Resumen:
La Villa de Paso de Mar del Plata se configura alrededor de la década de 1940, sobre tierras de dominio privado. Nace vinculada a migrantes provenientes de zonas rurales del noroeste argentino, principalmente de las provincias de Santiago del Estero y Tucumán. La escasa producción en aquellas tierras no permitía el sustento diario de las familias, por lo cual muchos de sus miembros se veían obligados a migrar, estacional o permanentemente en búsqueda de trabajo. La zona en donde se asentaron era alta, descampada, físicamente inmejorable pero sin infraestructura de servicios (Nuñez; 2000). Una vez allí, hombres, mujeres y jóvenes encontraban ocupaciones que les permitían acceder a mayores remuneraciones que las obtenidas en sus pueblos de origen. Así se fueron constituyendo progresivamente redes migratorias, preferentemente familiares (Cúneo; 1990). Las décadas de 1960 y 1970 significaron una expansión considerable de la ciudad, y con ello aparecieron las primeras intenciones de relocalización de los habitantes del lugar. Ya hacia 1970, por las insistencias de la Asociación Vecinal de Fomento del barrio San Carlos, en cuya jurisdicción se encuentra la villa, se planteó una primera relocalización de quienes allí habitaban, por impedir el ?progreso? y la consolidación de la zona y, con ello, de una identidad barrial. Algunos, por la cercanía con las fuentes laborales, y a pesar de la carencia de infraestructura básica, se quedaron; otros fueron trasladados hacia el Hogar Municipal de Tránsito en la localidad de Batán; y entre ellos, muchos regresaron (Núñez; 2000).  Desde ese momento hasta la concreción del actual proyecto, que comienza a discutirse hacia 1997 y que en noviembre de 2006 empieza a cristalizarse, no aparecieron definiciones políticas firmes por parte de los diversos actores que representaron alternadamente al municipio. De hecho, las acciones de los distintos gobiernos municipales, respecto a la problemática de los asentamientos de la ciudad, en general, y de la Villa de Paso en particular, han sido disímiles. Hoy, la problemática de su relocalización se erige como el conflicto urbano por excelencia de la ciudad, en razón de estar ubicado en una de las zonas que progresivamente más se han valorizado. En este contexto, nos planteamos algunos interrogantes: ¿cómo van construyéndose y transformándose las identidades sociales a partir de este conflicto por la apropiación del espacio?, ¿qué alianzas y enfrentamientos se producen entre los diversos actores (vecinos, funcionarios, dirigentes barriales, etc.) involucrados en la disputa?, ¿es posible hablar de una identidad barrial unívoca?, ¿cómo juega en ello la vinculación entre el campo vecinal y el campo político?, etc.   La zona en donde se asentaron era alta, descampada, físicamente inmejorable pero sin infraestructura de servicios (Nuñez; 2000). Una vez allí, hombres, mujeres y jóvenes encontraban ocupaciones que les permitían acceder a mayores remuneraciones que las obtenidas en sus pueblos de origen. Así se fueron constituyendo progresivamente redes migratorias, preferentemente familiares (Cúneo; 1990). Las décadas de 1960 y 1970 significaron una expansión considerable de la ciudad, y con ello aparecieron las primeras intenciones de relocalización de los habitantes del lugar. Ya hacia 1970, por las insistencias de la Asociación Vecinal de Fomento del barrio San Carlos, en cuya jurisdicción se encuentra la villa, se planteó una primera relocalización de quienes allí habitaban, por impedir el ?progreso? y la consolidación de la zona y, con ello, de una identidad barrial. Algunos, por la cercanía con las fuentes laborales, y a pesar de la carencia de infraestructura básica, se quedaron; otros fueron trasladados hacia el Hogar Municipal de Tránsito en la localidad de Batán; y entre ellos, muchos regresaron (Núñez; 2000).  Desde ese momento hasta la concreción del actual proyecto, que comienza a discutirse hacia 1997 y que en noviembre de 2006 empieza a cristalizarse, no aparecieron definiciones políticas firmes por parte de los diversos actores que representaron alternadamente al municipio. De hecho, las acciones de los distintos gobiernos municipales, respecto a la problemática de los asentamientos de la ciudad, en general, y de la Villa de Paso en particular, han sido disímiles. Hoy, la problemática de su relocalización se erige como el conflicto urbano por excelencia de la ciudad, en razón de estar ubicado en una de las zonas que progresivamente más se han valorizado. En este contexto, nos planteamos algunos interrogantes: ¿cómo van construyéndose y transformándose las identidades sociales a partir de este conflicto por la apropiación del espacio?, ¿qué alianzas y enfrentamientos se producen entre los diversos actores (vecinos, funcionarios, dirigentes barriales, etc.) involucrados en la disputa?, ¿es posible hablar de una identidad barrial unívoca?, ¿cómo juega en ello la vinculación entre el campo vecinal y el campo político?, etc.