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El ensayo explora el comercio y el consumo de telas, tejidos y cerámica de China por la Gobernación de Tucumán y Buenos Aires durante el transcurso del siglo XVIII. En primer término, nos ocupamos de analizar el «boom» de lo que las fuentes llaman ropa de la China, la cual habría ingresado a dichas plazas gracias al triángulo comercial que se estableció entre Filipinas, México y el Perú entre 1700 y 1740. En segundo lugar, se analiza la loza de China que se habría importado desde el puerto del Río de La Plata a partir del flujo trasatlántico entre España y Buenos Aires en la segunda mitad del siglo. Nos atrevemos a sostener que la cultura material asiática se hizo presente en esta parte austral del continente a través de dos grandes corrientes mercantiles transoceánicas. En la primera parte del siglo habría primado el flujo transpacífico, mientras que en la segunda mitad el flujo trasatlántico. Estaríamos en presencia de dos oleadas culturales: una primera tendiente a la «europeización» de artículos chinos; y una segunda que implicó la "orientalización" de los productos europeos. ¿Qué tipo de herramienta metodológica y qué tipo de fuentes nos ayudarían a identificar los bienes asiáticos cuando hasta finales del siglo XVIII la legislación española prohibió su intercambio y consumo? Una forma de solucionar el obstáculo es identificar y cuantificar los objetos orientales que aparecen en fuentes que no se detuvieron a discriminar los bienes que estaban autorizados de los ilegales. Nos referimos a las cartas dotales, inventarios comerciales, inventarios de sucesiones o pos- mortem y patrimoniales que se ubican en el Archivo Provincial de Córdoba y el Archivo General de la Nación.

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