México, epicentro semi-informal del comercio hispanoamericano

MARIANO BONIALIAN

Centro Cultural Tlatelolco, Ciudad de México, 3 al 5 de febrero

Congreso; Segundo Congreso Latinoamericano de Historia Económica (CLADHE-II). Simposio "Mercados y mercaderes en los circuitos hispanoamericanos"; 2010

Asociación de Historia Econónica de México (anfitriona) y las asociaciones de Historia Económica de Argentina, de Brasil, de Chile, de Colombia, de Uruguay, de España y de Portugal

El trabajo formula la existencia de un modelo de comercio hispanoamericano que funcionó entre 1680 y 1740 de forma simultánea al régimen oficial. Los elementos más relevantes de dicho modelo serían los siguientes. En el espacio novohispano confluyeron los dos flujos interoceánicos oficiales más importantes del imperio: el de la flota atlántica que conectaba a España con Veracruz y el eje transpacífico que a partir de las travesías del galeón de Manila unía los puertos de Filipinas y Acapulco. Existía un tercer circuito ilícito que se desprendía de México dirigido hacia el espacio peruano. En el trabajo se muestra cómo gran parte de las importaciones mexicanas de mercaderías ultramarinas se reexportaban hacia Perú por la vía de Acapulco. Se abordan las características socio-mercantiles que hicieron posible los contactos ilegales entre México y Perú por el Pacífico. Se enfatiza, en este sentido, la circulación de la plata peruana que navegaba hacia la Nueva España y se plantea la hipótesis que dicho moneda de plata circulaba con su par mexicana por dos nuevos caminos: o se embarcaba hacia Oriente por la vía del galeón o navegaba en las flotas españolas del Atlántico rumbo a Cádiz. La vía oficial de Panamá-Cartagena y Portobelo habría entrado en crisis y colapso, no tanto por la apertura del puerto de Buenos Aires, sino por el ingreso de bienes extranjeros desde el lado del pacífico sudamericano