El trabajador en la función estatal: entre la diplomacia obrera y la burocracia

ANDRÉS STAGNARO

Mendoza

Congreso; XXVII JORNADAS DE HISTORIA ECONOMICA ASOCIACIÓN ARGENTINA DE HISTORIA ECONÓMICA; 2021

INSTITUTO DE CIENCIAS HUMANAS, SOCIALES Y AMBIENTALES (INCIHUSA), CONICET FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS, UNIVERSIDAD NACIONAL DE CUYO

La conformación dentro de la estructura del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Nación de la figura del Agregado Obrero en 1947 no supuso una novedad en relación al camino trazados por otros países. Pero la novedad residió en ocupar esos cargos no con funcionarios vinculados a las agencias estatales sino con trabajadores de la creciente estructura sindical argentina que nunca habían ocupado cargos como funcionarios. Después de atravesar un curso de formación en cultura general, historia universal y rudimentos de la diplomacia fueron desplegados en las embajadas argentinas en todo el mundo. La ponencia se centrara en el análisis de la actuación de uno de estos delegados ?Américo Roncarolo- cuyos informes sobrevivieron en el Archivo de la Cancilleria Argentina. Roncarolo fue destinado a la sede de la embajada Argentina en Ginebra, en donde se encargó de ocupar un lugar permanente en la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Como hipótesis del trabajo se sostendrá que Roncarolo cumplió, al menos, una doble función en tanto informaba al Departamento Organismos Internacionales del Ministerio de Relaciones Exteriores como a la Confederación General del Trabajo. El despliegue de sus actividades ocupaban tanto la diplomacia obrera, entendida esta como la búsqueda de vinculación con representantes de los trabajadores de todo el mundo ?hay que recordar que la OIT contaba con representación de los gobiernos y de los trabajadores y los empleadores- para favorecer la posición Argentina en las Conferencias Internacionales de carácter anual, como también el seguimiento de las comisiones técnicas del organismo internacional.