Sindicalismo empresarial, ¿?continuidad? o ?ruptura??

HAIDAR JULIETA

Buenos Aires

Congreso; 10° Congreso Nacional de Estudios del Trabajo ?Pensar un mejor trabajo. Acuerdos, controversias y propuestas?; 2011

ASET

Durante el primer gobierno de Menem -de la mano de las leyes de ?Emergencia Económica? y ?Reforma del Estado?- se implementaron en Argentina una serie de reformas de mercado que atacaron las bases del modelo ?nacional desarrollista?. La primera ley suspendió los regímenes de promoción industrial, regional y de exportaciones; quitó la prioridad a las manufacturas nacionales en las compras del Estado; licenció empleados públicos y clausuró los esquemas salariales de privilegio en la administración, mientras que la segunda habilitó la privatización de empresas públicas (telefonía, gas, electricidad y agua potable, etc.). En este marco algunas organizaciones adoptaron una estrategia de ?sindicalismo empresarial?, esto es, participaron en varios negocios habilitados por las reformas de mercado: formaron administradoras de fondos de jubilados y pensionados, aseguradoras de riesgos de trabajo, compraron acciones de empresas privatizadas, entre otros emprendimientos. Quienes estudiaron este tema oscilaron entre interpretaciones que entendieron la estrategia como: a) una adaptación del sindicalismo ?corporativo? y ?burocrático? (De la Garza, 2001; Palomino, 2005; Novick, 2001; Fernández, 2002); b) una respuesta innovadora producto de la negociación con el gobierno (Murillo, 1995, 1997, 2000, 2001; Etchemendy y Palermo, 1998; Etchemendy, 2001; Matsushita, 1999); c) una forma de ?business unionism? (Rainis, 1995; Novick, 1996, 2001; Palomino, 1999, 2005). En este trabajo vamos a revisar estos enfoques y señalar sus limitaciones a través del análisis de documental, para luego proponer nuevas líneas interpretativas que nos permitan resituar la estrategia. Nuestra hipótesis es que los estudios sobre ?sindicalismo empresarial? parten de supuestos que los llevan a sobreenfatizar en su análisis factores como el carácter corporativo y burocrático de sindicatos cuyo objetivo sería mantener o conseguir ventajas corporativas, y a deducir de ello que la estrategia -aunque para algunos novedosa como respuesta- sería una continuidad de ese carácter y de ese objetivo. Sostenemos en cambio que el sindicato no es una corporación sino una organización de clase cuyas decisiones están limitadas por restricciones externas que resultan de relaciones sociales capitalistas. Bajo este supuesto advertimos que entre la figura del sindicato como ?agente de servicios? y la estrategia de participación en negocios habilitados por las reformas de mercado, es decir, de personificación de capital, no existe una línea de continuidad sino de ruptura.