Tres editoriales de ‘libros guerrilleros’ en el medio siglo argentino. A propósito de una nota de Guillermo de Torre

FEDERICO GERHARDT

Bogotá

Encuentro; III Encuentro Latinoamericano del Libro, la Edición y la Lectura; 2021

Instituto Caro y Cuervo, Universidad de Antioquia, Politécnico Grancolombiano, BiblioRed y Universidad Jorge Tadeo Lozano

A fines de 1948, dentro todavía del periodo dorado del libro de edición argentina, las páginas bibliográficas de la revista cultural Saber Vivir, publicada en Buenos Aires, incluyeron un breve texto titulado “Elogio condicional del libro guerrillero”, firmado por el crítico español Guillermo de Torre, quien por entonces, no sólo encarnaba una de las voces críticas más autorizadas del campo literario argentino –desde las páginas de la revista Sur o del suplemento literario de La Nación, entre otros espacios prestigiosos–, sino que además se desempeñaba como asesor literario y director de las colecciones más emblemáticas de una de las más importantes editoriales argentinas de la época, Losada –de cuya fundación en 1938 había sido además partícipe–, entre las que pueden mencionarse la Biblioteca Contemporánea, La Pajarita de Papel o Poetas de España y América. Tras el citado “Elogio condicional del libro guerrillero”, donde expone brevemente la definición de tales volúmenes, Guillermo de Torre hace una sumaria referencia a tres editoriales, recientemente creadas, cuyos libros podrían servir de ejemplo: Botella al Mar, La Perdiz y Ollantay. La ponencia propuesta aborda la trayectoria de estas tres editoriales que, a excepción de la primera, han tenido una breve andadura y no han sido estudiadas detenidamente, al tiempo que reconstruye sus catálogos y explora los vínculos entre ellos. Asimismo, se analiza la operación crítica de Guillermo de Torre, considerando, por un lado, las relaciones del español con cada una de las editoriales mencionadas y con los agentes que intervinieron en sus respectivas fundaciones y direcciones; y, por otro lado, el contexto de publicación de la nota, incluyendo las conexiones de Saber Vivir con el campo editorial argentino de las décadas del 40 y del 50, así como también su ubicación en el mapa de revistas literarias y culturales porteñas de aquellos años.