INVESTIGADORES
LACOSTE Maria Gabriela
congresos y reuniones científicas
Título:
Los ritmos circadianos. Nuestro organismo al compás de la rotación de la tierra.
Autor/es:
LACOSTE, MARÍA GABRIELA; FERRAMOLA, MARIANA LUCILA; ALTAMIRANO, FERNANDO GABRIEL; CASTRO PASCUAL, IVANNA CARLA; ANZULOVICH, ANA CECILIA
Lugar:
San Luis
Reunión:
Jornada; XXII Jornadas cuidemos nuestro mundo para contribuir a la implementación de un modelo ambiental para San Luis; 2014
Institución organizadora:
Universidad Nacional de San Luis
Resumen:
Cualquier proceso biológico del organismo, que oscile y se repita en un período de aproximadamente 24 horas, es considerado un ritmo circadiano. Así, por ejemplo, el ciclo sueño/vigilia, actividad/reposo, el metabolismo, la secreción hormonal y la temperatura corporal presentan una ritmicidad circadiana. La región del sistema nervioso central conocida como Núcleo Supraquiasmático es el reloj maestro, responsable de la regulación de estos ritmos biológicos del organismo, a nivel central. Para mantener la sincronización de los ritmos circadianos con el ciclo de 24 horas de la Tierra, se necesita de la presencia de sincronizadores ambientales, siendo el principal, el ciclo luz oscuridad. Otros sincronizadores pueden ser: la alimentación, los campos magnéticos, y el contacto social, el cual es muy importante en humanos. ¿Todos los individuos expresan el mismo ritmo circadiano? Existen entre las personas diferentes preferencias sobre el momento del día en el que eligen realizar determinadas actividades. Esto se debe a que la expresión de los ritmos circadianos difiere entre las personas, dando lugar a la aparición de tres cronotipos. De esta manera, algunos individuos son alondras, se levantan temprano y son más activos durante la mañana; mientras que otros son búhos, se duermen tarde y son más activos durante las últimas horas de la tarde y en la noche. Existe además un tercer cronotipo intermedio, los colibríes. Alrededor del 40% de la población adulta puede clasificarse como búhos o alondras, mientras que cerca del 60% son colibríes. ¿Puedo cambiar mi cronotipo? En realidad no puede cambiarse la predilección biológica hacia un determinado cronotipo, sin embargo, el mismo varía a lo largo de la vida. ¿El paso del tiempo desgasta nuestro reloj biológico?Al igual que otros sistemas de nuestro organismo, el sistema circadiano también se ve afectado por el envejecimiento, por otro lado, las alteraciones en el propio sistema circadiano pueden por si mismas contribuir a acelerar este proceso. El deterioro de los ritmos circadianos empieza a observarse alrededor de los 50-60 años de edad cuando comienzan a manifestarsealteraciones en los parámetros que caracterizan a un ritmo circadiano. Así, una de las primeras y más claras manifestaciones de este deterioro del sistema circadiano, es el ciclo sueño/vigilia. Los adultos mayores tienden a dormirse antes del horario normal así como a despertarse más temprano (adelanto de fase), además de presentar mayor cantidad de siestas diarias como de despertares nocturnos (fragmentación del sueño). El estado de alerta disminuye y se atenúan las diferencias del ciclo sueño/vigilia entre el día y la noche (amplitud reducida, aplanamiento del ritmo). Una gran cantidad de patologías asociadas al envejecimiento (déficits en la memoria, demencia, Alzheimer, Parkinson, depresión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, respuesta inmune disminuida, entre otras) presentan alteraciones en los ritmos circadianos. Por tanto, el envejecimiento y la desorganización del sistema circadiano ocasionan alteraciones tanto físicas como mentales que afectan la capacidad de los adultos mayores de valerse por sí mismos e incrementan la necesidad y los costos del cuidado de su salud. ¿Qué consecuencias trae la alteración del ritmo circadiano? El reloj central en el NSQ a través de los ritmos circadianos, en particular del ciclo actividad/reposo, regulan la mayoría de los aspectos de la fisiología y el comportamiento. En muchos casos, las exigencias laborales, escolares y sociales producen modificaciones en los ciclos sueño/vigilia y de actividad/reposo de los individuos, como ocurre en trabajadores de turno nocturno o de turnos rotativos, la escolarización y la preferencia por la socialización nocturna de adolescentes y adultos jóvenes, entre otras. Los ritmos circadianos endógenos necesitan ser sincronizados continuamente con el ambiente (ciclo luz/oscuridad). La desincronización temporal del reloj ocasiona una disminución de la calidad de vida, que puede llevar a condiciones patológicas. De hecho, ha sido observado que la desincronización esporádica (Jet-Lag) o continua (turnos de trabajo rotativos, inicio de la jornada escolar extremadamente temprano) del ritmo circadiano puede alterar las funciones metabólicas, inmunes y cognitivas. Estudios recientes han demostrado una correlación entre la disfunción del ritmo circadiano y el desarrollo de síndrome metabólico y diabetes Tipo 2. Inclusive, tal disfunción podría llevar a un aumento en la susceptibilidad de padecer ciertos tipos de cáncer. Por otro lado, recientemente se ha estudiado el impacto de la alteración del ritmo circadiano sobre la educación, encontrándose que la falta de sueño (común en los adolescentes) tiene un fuerte impacto en el desempeño académico, hecho que se acentúa por la existencia de horarios escolares inadecuados. ¿Se puede arreglar un reloj circadiano fuera de hora? Actualmente, la instauración de algunos hábitos básicos puede ayudarnos a re-sincronizar y reforzar los ritmos circadianos. La luz solar es uno de los sincronizadores más potentes del sistema circadiano y actualmente, el manejo de la luz artificial a nuestro antojo, nos lleva a exposiciones lumínicas en horarios inapropiados. Por ello, la exposición a ciclos de luz/oscuridad marcados o la terapia lumínica por media a una hora diaria, pueden ayudar a la re-sincronización. Por otro lado, no solo mantener una dieta equilibrada es sano para nuestro organismo, sino también es importante consumir los alimentos todos los días a las horas adecuadas para reforzar la sincronización y ?mantener en hora? nuestro reloj biológico. Hacer ejercicio diario a la misma hora es una actividad, que además de mejorar la calidad de vida, mejora la función circadiana y la fortalece. Adicionalmente, si el ejercicio es realizado durante las últimas horas de la tarde mejora la capacidad cognitiva. Dormir la cantidad de horas apropiadas, además de acostarse y levantarse en el mismo horario todos los días, también es otra estrategia que mejora la funcionalidad del sistema circadiano y en algunos casos, el consumo de melatonina en las primeras horas de la noche antes de ir a dormir puede contribuir a la sincronización de los ritmos circadianos. Podemos decir entonces, que el sistema circadiano juega un rol fundamental en el mantenimiento de la salud bio-psico-social, siendo importante no solo la elección de las acciones sino también el momento en el que se realizan. La alteración del reloj biológico tiene un amplio impacto sobre la salud y el desempeño de los individuos, siendo este un nuevo campo de interés para los profesionales de diferentes áreas.