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Las recientes caídas de ceniza volcánica sobre Patagonia norte representan una oportunidad excepcional para analizar la respuesta de los sistemas fluviales volcaniclásticos proximales a medios, cuyas condiciones de equilibrio se ven alteradas por la depositación de grandes volúmenes de tefra. Este trabajo explora los procesos volcano-hidrológicos acontecidos a consecuencia del influjo de sedimentos piroclásticos en las cuencas del arroyo Las Piedritas y río Totoral (provincia de Neuquén y Parque Nacional Nahuel Huapi).En particular, se registran sistemas fluvio-lacustres que recibieron un aporte extraordinario de material piroclástico durante la erupción del Cordón Caulle en 2011, acumulando espesores de caída de hasta 17 cm en la cuenca del arroyo Las Piedritas y 30 cm en la zona del río Totoral. En esta última, se identifican también paquetes mayormente compuestos de este material piroclástico removilizado, de hasta 130 cm de espesor. Los mismos son hallados sobre superficies horizontales de la planicie aluvial y terrazas bajas. Asimismo, se reconoce un depósito equivalente en un testigo sedimentario obtenido en el Mallín Grande, dentro de la llanura deltaica del arroyo Las Piedritas.Por otro lado, en perfiles estratigráficos relevados sobre afloramientos en los márgenes del arroyo Las Piedritas, se observan dos niveles conspicuos compuestos por material piroclástico, incluyendo bloques pumíceos, y abundantes fragmentos de origen epiclástico que alcanzan también el tamaño bloque. Estos depósitos, masivos y matriz soportados, se intercalan con niveles mantiformes de espesor decimétrico y componentes exclusivamente piroclásticos y angulares.La ausencia de señales de transporte terrestre en estos niveles de tefra indica un origen primario. De acuerdo a sus características petrográficas, los mismos corresponden a las tefras Mil Hojas y Nahuel Huapi, asociadas a la actividad eruptiva del volcán Puyehue (~1,1 ka cal AP) y del Complejo Volcánico Antillanca (~1,9 ka cal AP), respectivamente. Por su parte, los espesos paquetes ricos en fragmentos vítreos y epiclásticos se interpretan como el resultado de lahares secundarios. Estos tienen características de flujos de detritos/hiperconcentrados y se originan por la removilización del material piroclástico como consecuencia de las lluvias y el derretimiento de nieve, incluso en períodos intereruptivos. La presencia de componentes epiclásticos entre sus depósitos indica, además, erosión y transporte de material desde la cuenca superior.Los bancos de tefra hallados sobre las planicies de inundación de los cauces resultan del desborde de corrientes fluviales sobre las cuales se transporta un manto de material pumíceo flotante. Estos flujos bifásicos son generados durante episodios eruptivos, cuando importantes cantidades de este material con flotabilidad positiva alcanzan los cursos fluviales activos. El presente trabajo avanza en la tipificación de este mecanismo de transporte y sedimentación de material volcaniclástico en las cuencas hídricas de la región, y lo distingue de los flujos laháricos registrados.

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