INVESTIGADORES
ALDA Maria Del Pilar
congresos y reuniones científicas
Título:
Lípidos y ácidos grasos en leche de madre conservada en freezer
Autor/es:
COVAS, M.; ALDA P.; AVELDAÑO, M.
Lugar:
Córdoba
Reunión:
Congreso; 34 Congreso de Pediatría; 2006
Institución organizadora:
Sociedad Argentina de Pediatría
Resumen:
Introducción: Es sabido que la leche de madre tiene las propiedades más favorables para el crecimiento y desarrollo del recién nacido. Entre sus componentes, los lípidos son importantes como fuente energética y porque transportan ácidos grasos poliinsaturados esenciales para el infante. Madres que trabajan fuera del hogar y no desean suspender la lactancia se ven ante la necesidad de extraerla y conservarla en heladera o freezer hasta su consumo. Nuestro objetivo fue determinar si la conservación en freezer afecta la calidad de los lípidos de la leche en comparación con los de la leche fresca. Diseño: Madres que habían dado a luz a término por parto normal donaron semanalmente muestras de leche durante 1 mes. Cada muestra se dividió en 2 partes: una se trató inmediatamente y la otra luego de 1 semana de conservación en freezer (–20ºC). Métodos: Los lípidos totales (LT) se extrajeron de todas las muestras. Se tomaron alícuotas para determinar el fósforo lipídico y la composición de ácidos grasos (AG). Mediante técnicas cromatográficas, los lípidos se separaron en clases, y a las clases también se les analizaron los AG. Resultados: El patrón de AG de los LT no difirió significativamente entre muestras frescas y congeladas (P=0.05). La clase lipídica mayoritaria en ambos casos fueron los triglicéridos (TG), seguidos de di- y monoglicéridos. El AG mayoritario en todos ellos, así como en los ácidos grasos libres (AGL), fue el ácido oleico (18:1n-9), seguido por el linoleico (18:2n-6) y el linolénico (18:3n-3). Los fosfolípidos (PL) fueron componentes relativamente minoritarios. Entre ellos los más abundantes fueron la fosfatidilcolina, los glicerofosfolípidos de etanolamina y la esfingomielina, los dos primeros ricos en AG poliinsaturados (18:2n-6, 20:4n-6, 22:5n-6 y 22:6n-3) y la última rica en 24:1. Se observaron algunos cambios en los AG de los lípidos en función de las semanas, pero en ninguno se vieron diferencias debidas a la conservación en frío. En las muestras congeladas sólo hubo un pequeño aumento de AGL, que podría provenir de los TG. Conclusiones: Si bien la leche fresca es la mejor alternativa, la conservada en freezer no difiere significativamente ni en la cantidad ni en la calidad de sus lípidos y AG con la primera, por lo que puede utilizarse para la lactancia con gran ventaja sobre la conservada en heladera y sobre las leches de otro origen.