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Introducción: El ejercicio profesional de la psicología implica una constante toma de decisiones diagnósticas, pronósticas, terapéuticas, formativas, morales, etc. Un medio para proceder es tomar decisiones de manera racional sobre la base del conocimiento ético. Son los códigos éticos y/o deontológicos los que representan un intento de aclarar y garantizar el compromiso de la profesión hacia la sociedad y favorecer la confianza mutua entre los psicólogos y las personas o instituciones a las cuales presta el servicio. Es prioritario que durante el transcurso de la carrera los estudiantes adquieran estos conocimientos, para que frente al desarrollo profesional, cuenten con las herramientas éticas necesarias para responder a las diversas demandas que se les presenten. Objetivo: Realizar un relevamiento y estudio de las actitudes de estudiantes de grado y posgrado de la Facultad de Psicología, de la Universidad del Aconcagua (UDA), respecto de la ética profesional. Metodología: Estudio descriptivo de poblaciones mediante encuestas. Con el fin de poder comparar entre los estudiantes de grado y posgrado, aquellas competencias más valoradas y aquellas menos valoradas en relación con la ética profesional, se ha aplicado a una muestra intencional (n=273) de estudiantes de grado (n=193) y posgrado (n=80) de la Facultad de Psicología (UDA) la Escala sobre Actitudes hacia la Ética Profesional (Hirsch Adler, 2005, adaptación de Ormart, Esteva y Navés, 2012), que cuenta con 55 proposiciones que miden 4 competencias: cognitivo-técnicas, sociales, éticas y afectivo-emocionales. Resultados: Pudo constatarse que tanto los alumnos de grado como de posgrado de la Facultad de Psicología de la Universidad del Aconcagua valoran las competencias éticas en primer lugar. Se puede inferir entonces que, a pesar de la diferencia entre los dos grupos en cuanto a la trayectoria formativa, se verifica una coincidencia actitudinal fuerte sobre la competencia más valorada. Las restantes competencias adquirieron un orden de importancia diferente en los grupos. Se pudo observar que los alumnos de grado colocan en segundo lugar a la competencia afectivo-emocional y en último lugar a la competencia social, mientras que los estudiantes de posgrado invierten dicho orden. Conclusiones: Se presentan resultados que permiten evidenciar que hay diferencias entre los alumnos de grado y posgrado, las percepciones de los estudiantes cambian cuando se convierten en profesionales y se encuentran insertos en el campo laboral: todos los conocimientos, saberes y actitudes que se adquieren y desarrollan durante la trayectoria académica, se ponen en práctica y se adaptan al momento de ejercer la profesión.

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