INVESTIGADORES
ANAPIOS Luciana
capítulos de libros
Título:
Anarquistas en las calles de Buenos Aires (1890-1930)
Autor/es:
JUAN SURIANO Y LUCIANA ANAPIOS
Libro:
Buenos Aires. Manifestaciones, fiestas y rituales en el siglo XX
Editorial:
Biblos
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2011; p. 75 - 100
Resumen:
             Desde que comenzó el proceso de organización nacional, las calles de Buenos Aires eran un teatro habitual en donde diversos agrupamientos de la sociedad civil expresaban sus demandas políticas en manifestaciones y contribuían a constituir la esfera pública. A partir de la década de 1880 se produjo una ampliación (y una diferenciación) del marco de manifestaciones políticas al incorporarse un nuevo actor social, los trabajadores, con sus demandas y sus representaciones ideológicas. Precisamente, el anarquismo fue una de estas y, como el socialismo y, más tarde, el comunismo pretendió orientar a los trabajadores en sus luchas reivindicativas y se convirtió en un importante actor político y social de la argentina agroexportadora. Si bien es cierto que su acción fue protagónica durante la primera década del siglo XX, aun en su declive demostró, como en la Semana Trágica, su gran capacidad de movilización. Los anarquistas ganaron las calles con naturalidad y se adaptaron con comodidad al carácter cosmopolita de la sociedad local y del  mundo del trabajo, rechazando la peculiaridad nacional y reivindicando el carácter internacionalista del movimiento obrero y de las luchas sociales. Considerando el cosmopolitismo societal y el internacionalismo anarquista se constituyeron durante este período un espacio simbólico vinculado a los trabajadores urbanos y consecuentemente a la identidad obrera, cuyos símbolos principales (héroes, mártires, banderas, estandartes, formas y ritos movilizatorios) se diferenciaron muy poco de aquellos que circulaban en Europa. Las particularidades locales no alcanzaron en este período a ocupar un lugar prominente en la constitución del mundo simbólico del movimiento libertario a juzgar por el entramado perceptible en huelgas, actos públicos, actividades culturales o en la prensa. La recepción y utilización de una simbología de carácter internacionalista fue una de las peculiaridades centrales del anarquismo urbano argentino de este período. En el contexto de conflictividad social existente en el mundo laboral, este espacio simbólico contribuyó a dotar al movimiento obrero de las primeras décadas del siglo XX de su carácter contestatario y confrontacionista.