INVESTIGADORES
MESCUA Jose Francisco
congresos y reuniones científicas
Título:
CARACTERIZACIÓN CINEMÁTICA DE LA EXTENSIÓN PÉRMICA TARDÍA A JURÁSICA TEMPRANA EN EL SECTOR SUR DE LOS ANDES CENTRALES: IMPLICANCIAS GEODINÁMICAS
Autor/es:
GIAMBIAGI, L. B.; BECHIS, F.; BARREDO, S.; TUNIK, M.; MESCUA, J. F.; MARTINEZ, A.
Lugar:
Neuquen
Reunión:
Congreso; XVIII Congreso Geologico Argentino; 2011
Institución organizadora:
Asociacion Geologica Argentina
Resumen:
XVIII Congreso Geológico Argentino, Mayo 2011, Neuquén
CARACTERIZACIÓN CINEMÁTICA DE LA EXTENSIÓN PÉRMICA TARDÍA A
JURÁSICA TEMPRANA EN EL SECTOR SUR DE LOS ANDES CENTRALES:
IMPLICANCIAS GEODINÁMICAS
Laura Giambiagi, Florencia Bechis, Silvia Barredo, Maisa Tunik, José Mescua y Amancay Martínez, Florencia Bechis, Silvia Barredo, Maisa Tunik, José Mescua y Amancay Martínez
Durante el Pérmico Tardío al Triásico Temprano (etapa extensional I) se instaló, en el sector de sur de los
Andes Centrales, un régimen tectónico extensional, con el desarrollo de un importante magmatismo ácido
representado por el Grupo Choiyoi. El evento extensional continuó en el Triásico Temprano a Medio (etapa
extensional II) con la apertura de la cuenca Cuyana, y posteriormente en el Triásico Tardío a Jurásico Medio
(etapa extensional III) con la generación de la cuenca Neuquina. El presente trabajo tiene como objetivo
principal caracterizar cinemáticamente a las tres etapas extensionales que controlaron la deformación en el sector
de los Andes Centrales Sur, desde el Pérmico Tardío hasta el Jurásico Temprano. La metodología utilizada para
ello consistió en la realización de un análisis cinemático de fallas de meso- y gran escala de afloramientos
pérmicos superiores a triásicos inferiores del Grupo Choiyoi y de los depocentros triásico-jurásicos de las
cuencas Cuyana y Neuquina. El análisis cinemático de estructuras de meso-escala provee importantísima
información sobre el campo de deformación imperante durante la etapa extensional de una región dada
(Giambiagi et al., 2009a). Este análisis nos permitió determinar: (i) la dirección de extensión regional imperante
durante las tres etapas extensionales, (ii) la reactivación de zonas de debilidad previas y la presencia de riftrift
oblicuos, (iii) la presencia de extensión tridimensional en el sector interno de la cuenca Neuquina y (iv) cambios
temporales y espaciales en los campos de deformación durante las distintas etapas de extensión.
Durante la etapa extensional I, las rocas volcánicas y volcaniclásticas del Grupo Choiyoi fueron afectadas
durante su desarrollo por fallas normales y normales oblicuas. El sistema de fallas corresponde a un arreglo de
fallas normales puras de rumbo ONO a NO, y fallas normales oblicuas sinistrales de rumbo NNO. Existe un
claro paralelismo entre una zona de deformación paleozoica de rumbo NNO, la ubicación de la zona de sutura
inferida para los terrenos de Chilenia y Cuyania, y la distribución areal de los depósitos del Grupo Choiyoi
(Ramos et al., 1986), que sugiere la existencia de una zona de debilidad litosférica responsable de la transtensión
registrada durante el magmatismo Permo-Triásico (Giambiagi y Martínez, 2008).
Durante la etapa extensional II, concomitantemente con la sedimentación continental y el volcanismo de
sinrift que rellenó los depocentros de la cuenca Cuyana, se desarrollaron fallas normales de rumbo ONO a NNO.
El análisis cinemático de las fallas de meso- y gran escala indica una dirección de extensión NE, que localmente
rota a ENE en las inmediaciones de la ciudad de Mendoza donde habría existido una zona de transferencia entre
los depocentros Las Peñas y Cacheuta (Giambiagi et al., 2010). Nuestras observaciones geológicas y el análisis
cinemático de las fallas triásicas indican que estas estructuras fueron creadas durante el segundo evento
extensional y no corresponden a reactivaciones de estructuras previas. Por el contrario, son fallas normales puras
desarrolladas perpendicularmente a la dirección regional de extensión, indicando que esta cuenca se generó
durante un evento de condiciones de extensión pura. Los resultados indican que el evento transtensional con
dirección de extensión NNE, desarrollado durante la primera etapa extensional (I), fue seguido de un evento
extensional puro NE. Este pequeño cambio en la dirección de extensión ocurrió al mismo tiempo que se produjo
un salto en la localización de la deformación. En este sentido, el borde occidental de la cuenca Cuyana se ubica
en el límite oriental de los afloramientos del Grupo Choiyoi. Esto indica que entre el primero y el segundo
evento extensional la resistencia litosférica a la deformación se habría incrementado, y la subsecuente extensión
a lo largo de la faja NNO de afloramientos del Grupo Choiyoi no habría sido favorable. Dentro de los principales
controles que pueden incrementar la resistencia litosférica se encuentra el adelgazamiento cortical, cambios en la
composición de la corteza inferior y enfriamiento litosférico (Ranalli, 2000). En el caso estudiado, el aumento en
la resistencia litosférica puede haber estado dado por el cambio en la composición cortical producto del
subplacado basáltico responsable de la fusión cortical durante la etapa extensional I (Kay et al., 1989; Mpodozis
y Kay, 1992), y por el adelgazamiento cortical registrado durante la misma (Kay et al., 1989; Llambías et al.,
2003; Martínez et al., 2011).
El siguiente evento extensional (III), que abarcó desde el Triásico Tardío al Jurásico Temprano, fue el
responsable de la apertura de la cuenca Neuquina. Esta cuenca corresponde a una cuenca extensional de tras-que rellenó los depocentros de la cuenca Cuyana, se desarrollaron fallas normales de rumbo ONO a NNO.
El análisis cinemático de las fallas de meso- y gran escala indica una dirección de extensión NE, que localmente
rota a ENE en las inmediaciones de la ciudad de Mendoza donde habría existido una zona de transferencia entre
los depocentros Las Peñas y Cacheuta (Giambiagi et al., 2010). Nuestras observaciones geológicas y el análisis
cinemático de las fallas triásicas indican que estas estructuras fueron creadas durante el segundo evento
extensional y no corresponden a reactivaciones de estructuras previas. Por el contrario, son fallas normales puras
desarrolladas perpendicularmente a la dirección regional de extensión, indicando que esta cuenca se generó
durante un evento de condiciones de extensión pura. Los resultados indican que el evento transtensional con
dirección de extensión NNE, desarrollado durante la primera etapa extensional (I), fue seguido de un evento
extensional puro NE. Este pequeño cambio en la dirección de extensión ocurrió al mismo tiempo que se produjo
un salto en la localización de la deformación. En este sentido, el borde occidental de la cuenca Cuyana se ubica
en el límite oriental de los afloramientos del Grupo Choiyoi. Esto indica que entre el primero y el segundo
evento extensional la resistencia litosférica a la deformación se habría incrementado, y la subsecuente extensión
a lo largo de la faja NNO de afloramientos del Grupo Choiyoi no habría sido favorable. Dentro de los principales
controles que pueden incrementar la resistencia litosférica se encuentra el adelgazamiento cortical, cambios en la
composición de la corteza inferior y enfriamiento litosférico (Ranalli, 2000). En el caso estudiado, el aumento en
la resistencia litosférica puede haber estado dado por el cambio en la composición cortical producto del
subplacado basáltico responsable de la fusión cortical durante la etapa extensional I (Kay et al., 1989; Mpodozis
y Kay, 1992), y por el adelgazamiento cortical registrado durante la misma (Kay et al., 1989; Llambías et al.,
2003; Martínez et al., 2011).
El siguiente evento extensional (III), que abarcó desde el Triásico Tardío al Jurásico Temprano, fue el
responsable de la apertura de la cuenca Neuquina. Esta cuenca corresponde a una cuenca extensional de tras-
arco, desarrollada al oeste y sur de la cuenca Cuyana. Esto sugiere un nuevo salto en la localización de la
deformación, que podría responder a un aumento en la resistencia litosférica. El esquema estructural para la
etapa extensional se caracteriza por una distribución polimodal de las fallas maestras de los distintos
depocentros, y por una distribución principalmente bimodal de fallas internas dentro de los depocentros.
Tradicionalmente estas variaciones han sido atribuidas a reactivaciones de estructuras corticales. Sin embargo, el
análisis cinemático nos permitió proponer que el patrón de fallas extensionales del sector norte de la Cuenca
Neuquina habría estado condicionado por la presencia de debilidades corticales pre-existentes en el basamento
cristalino, así como por el régimen tectónico imperante durante el período extensional de la cuenca. A pesar de la
disparidad entre los distintos campos de deformación obtenidos para los depocentros analizados, se infiere que el
campo de esfuerzos actuante durante la etapa extensional de la cuenca fue constante y uniforme y la dirección de
los esfuerzos mínimos habría sido NNE (Giambiagi et al., 2009b; Bechis et al., 2010). Por otro lado, las
variaciones en la magnitud relativa de la dirección intermedia de deformación serían las responsables del
complejo patrón de fallamiento de la cuenca (Giambiagi et al., 2009b).
Tradicionalmente, se ha explicado la extensión imperante durante el desarrollo del Grupo Choiyoi al
colapso gravitacional del orógeno desarrollado durante la fase Sanrafaélica del Pérmico Temprano, producto del
cese de la subducción (Zeil, 1981; Kay et al., 1989; Llambías y Sato, 1990) o al empinamiento de la placa
oceánica (Kleiman, 1999; Martínez, 2005). De esta manera, el evento extensional I correspondería a un proceso
tectónico local, que no podría extenderse en tiempo más allá del Triásico Temprano, momento en el cual la
corteza se encontraría adelgazada (Kay et al., 1989; Llambías et al., 2003). Sin embargo, nuestro estudio señala
que si bien el campo de deformación regional obtenido presenta variaciones temporales y espaciales en la región
estudiada, la dirección principal de extensión muestra un patrón sorprendentemente coincidente para los tres
eventos extensionales, desde el Pérmico Tardío al Jurásico Temprano, con una dirección de extensión máxima
NNE a NE. Esto indica que los procesos geodinámicos globales y no procesos locales serían los principales
responsables de la extensión registrada en los Andes Centrales Sur durante el período analizado; mientras que los
procesos geodinámicos locales serían responsables de las pequeñas variaciones en el campo de deformación,
como fue sugerido para el período Permo-Triásico por Kleiman y Japas (2009). Dentro de los procesos globales
se encontraría la fragmentación del supercontinente Pangea y la apertura de los océanos Atlántico Norte y Sur.
Dentro de los procesos locales se encuentran los cambios reológicos corticales y litosféricos, los procesos
tectónicos de interacción de la placa Sudamericana y la placa oceánica, y presencia de debilidades corticales y
litosféricas previas.
deformación, que podría responder a un aumento en la resistencia litosférica. El esquema estructural para la
etapa extensional se caracteriza por una distribución polimodal de las fallas maestras de los distintos
depocentros, y por una distribución principalmente bimodal de fallas internas dentro de los depocentros.
Tradicionalmente estas variaciones han sido atribuidas a reactivaciones de estructuras corticales. Sin embargo, el
análisis cinemático nos permitió proponer que el patrón de fallas extensionales del sector norte de la Cuenca
Neuquina habría estado condicionado por la presencia de debilidades corticales pre-existentes en el basamento
cristalino, así como por el régimen tectónico imperante durante el período extensional de la cuenca. A pesar de la
disparidad entre los distintos campos de deformación obtenidos para los depocentros analizados, se infiere que el
campo de esfuerzos actuante durante la etapa extensional de la cuenca fue constante y uniforme y la dirección de
los esfuerzos mínimos habría sido NNE (Giambiagi et al., 2009b; Bechis et al., 2010). Por otro lado, las
variaciones en la magnitud relativa de la dirección intermedia de deformación serían las responsables del
complejo patrón de fallamiento de la cuenca (Giambiagi et al., 2009b).
Tradicionalmente, se ha explicado la extensión imperante durante el desarrollo del Grupo Choiyoi al
colapso gravitacional del orógeno desarrollado durante la fase Sanrafaélica del Pérmico Temprano, producto del
cese de la subducción (Zeil, 1981; Kay et al., 1989; Llambías y Sato, 1990) o al empinamiento de la placa
oceánica (Kleiman, 1999; Martínez, 2005). De esta manera, el evento extensional I correspondería a un proceso
tectónico local, que no podría extenderse en tiempo más allá del Triásico Temprano, momento en el cual la
corteza se encontraría adelgazada (Kay et al., 1989; Llambías et al., 2003). Sin embargo, nuestro estudio señala
que si bien el campo de deformación regional obtenido presenta variaciones temporales y espaciales en la región
estudiada, la dirección principal de extensión muestra un patrón sorprendentemente coincidente para los tres
eventos extensionales, desde el Pérmico Tardío al Jurásico Temprano, con una dirección de extensión máxima
NNE a NE. Esto indica que los procesos geodinámicos globales y no procesos locales serían los principales
responsables de la extensión registrada en los Andes Centrales Sur durante el período analizado; mientras que los
procesos geodinámicos locales serían responsables de las pequeñas variaciones en el campo de deformación,
como fue sugerido para el período Permo-Triásico por Kleiman y Japas (2009). Dentro de los procesos globales
se encontraría la fragmentación del supercontinente Pangea y la apertura de los océanos Atlántico Norte y Sur.
Dentro de los procesos locales se encuentran los cambios reológicos corticales y litosféricos, los procesos
tectónicos de interacción de la placa Sudamericana y la placa oceánica, y presencia de debilidades corticales y
litosféricas previas.
Bechis, F., Giambiagi, L., García, V., Lanés, S., Cristallini, E. y Tunik, M., 2010. Kinematic analysis of a transtensional fault
system: the Atuel depocentre of the Neuquén basin, Central Andes, Argentina. Journal of Structural Geology doi:10.1016/j.jsg.2010.03.09.
Giambiagi, L. y Martínez, A.N. 2008. Permo-Triassic oblique extension along an ancient lithospheric anisotropy, southwestern
South America. Journal of South American Earth Sciences 26: 252-260.
Giambiagi, L., Bechis, F., Barredo, S. y Tunik, M., 2009a. Fallas extensionales de meso-escala y su interpretación cinemática:
ejemplos de la cuenca Neuquina, Argentina. XII Cong. Geológico Chileno, Santiago. Actas S9_031.
Giambiagi, L., Tunik, M., Barredo, S., Bechis, F. y Ghiglione, M., 2009b. Cinemática de apertura del sector mendocino de la cuenca
Neuquina. Revista de la Asociación Geológica Argentina 65 (2): 293-310.
Giambiagi, L., Mescua, J., Bechis, F., Martínez, A. y Folguera, A., 2010. Pre-Andean deformation of the Precordillera southern
sector, Southern Central Andes. Geosphere. En prensa.
Kay, S. M., Ramos, V. A., Mpodozis, C. y Sruoga, P., 1989. Late Paleozoic to Jurassic silicic magmatism at the Gonwanaland
margin: analogy to the Middle Proterozoic in North America? Geology 17: 324-328.
Kleiman, L.E., 1999. Mineralogía y petrología del volcanismo permo-triásico y triásico del bloque de San Rafael en el área de Sierra
Pintada, provincia de Mendoza y su relación con las mineralizaciones de uranio. Tesis Doctoral. Universidad de Buenos Aires, 286 p. Inédita.
Kleiman, L.E. y Japas M.S., 2009. The Choiyoi volcanic province at 34°S36°S (San Rafael, Mendoza, Argentina): Implications for the
Late Palaeozoic evolution of the southwestern margin of Gondwana. Tectonophysics 473: 283-299.
Llambías, E.J. y Sato, A.M., 1990. El batolito de Colangüil (29-31ºS) Frontal Cordillera de Argentina: estructura y marco tectónico.
Revista de la Asociación Geológica Argentina 17: 99-108.
Llambías, E.J., Quenardelle, S. y Montenegro, T., 2003. The Choiyoi Group from central Argentina: a subalkaline transitional to
alkaline association in the craton adjacent to the active margin of the Gondwana continent. Journal of South American Earth Sciences 16 (4):
243-257.
Martínez, A., 2005. Secuencias volcánicas Permo-Triásicas de los cordones del Portillo y del Plata, Cordillera Frontal, Mendoza: su
interpretación tectónica. Tesis Doctoral. Universidad de Buenos Aires. 275 p. Inédita.
Martinez, A., Giambiagi, L., Codega, D. y Aguilera, D., 2011. El Magmatismo Gondwánico extensional pérmico medio a triásico
medio entre los 32º y 34º LS, Argentina. Este volumen.
Mpodozis, C. y Kay, S.M., 1992. Late Paleozoic to Triassic evolution of the Gondwana margin: Evidence from Chilean Frontal
Cordillera batholits (28ºS to 31ºS). Geological Society of America Bulletin 104: 999-1014.
Ramos, V., Jordan, T., Allmendinger, R., Mpodozis, C., Kay, S.M., Cortés, J.M., y Palma, M.A., 1986. Paleozoic terranes of the
Central Argentine-Chilean Andes. Tectonics 5: 855-880.
Ranalli, G., 2000. Rheology of the crust and its role in tectonic reactivation. Journal of Geodynamics 30: 3-15.
Zeil, W., 1981. Volcanism and geodynamics at the turn of the Paleozoic to the Mesozoic in the central and southern Andes (Chile-
Argentina). Zentralblatt für Geologie und Palaontologie 1: 298-318.