INVESTIGADORES
RODRIGUEZ AGÜERO Laura Mercedes
capítulos de libros
Título:
Cómo criar una viña. Contratistas y amas de casa en las fincas mendocinas, 1960-1980
Autor/es:
LAURA RODRIGUEZ AGÜERO; LINARDELLI FLORENCIA
Libro:
Historia de las mujeres en Argentina
Editorial:
Prometeo
Referencias:
Lugar: Buenos Aires; Año: 2023; p. 259 - 278
Resumen:
Elba nació en 1933 en ?Las Catitas?, poblado del este provincial, situado a 90 kilómetros de la capital mendocina. En una familia criolla de trabajadores y trabajadoras agrícolas, tempranamente aprendió las tareas del campo. ?Desde chica yo trabajaba en la viña, éramos 14 hermanos y cuando éramos chicos cosechábamos ciruelas, duraznos, porque teníamos que ir a la escuela y vestirnos... así que he trabajado toda la vida, pero no me quejo? . A los 22 años, comenzó a trabajar en la viña como contratista. ?En el ?55 me casé y mi marido tenía contrato. Trabajábamos todos? después tuve a mis tres hijos y seguimos trabajando todos?. Las múltiples labores productivas realizadas suponían una rutina laboral común a toda la familia, pese a que el único que recibía remuneración era el padre. ?Compartíamos todos el mismo trabajo. Siempre a la par de mi esposo?. Además de las tareas de la finca, Elba se encargaba de la crianza de sus hijos/as; de las tareas domésticas en un contexto sin servicios básicos como agua o luz; de la elaboración de conservas caseras; la cría de animales y el sostenimiento de una huerta para consumo familiar. A su vez, contribuía a la magra economía familiar ?changueado al día? en las cosechas de fincas vecinas. En el relato de Elba resuenan las experiencias de miles de mujeres que habitaron tierras cuyanas y trabajaron en el marco de esta singular relación laboral -pilar de la industria vitivinícola- durante gran parte del siglo XX. A partir de la reconstrucción de las condiciones de trabajo y de vida de las contratistas entre los ?60 y los ?80, rescatamos esta figura olvidada del campo mendocino que nos permite explorar el papel que jugaron las desigualdades sexo-genéricas en la conformación de la clase trabajadora rural en la región de Cuyo. Las y los contratistas eran obreros/as rurales sin tierra, que trabajaban una parcela a cambio de una ínfima mensualidad recibida por el varón jefe de familia, y que, si no perdían lo producido debido a las contingencias climáticas, recibían el 18% de la cosecha anual. En este régimen de trabajo las mujeres nunca percibieron remuneración ni fueron contempladas por las normas legales que regulaban el vínculo laboral, pese a trabajar ?a la par? de los varones.En ese marco nos preguntamos ¿Cómo era el trabajo desarrollado por las mujeres en las unidades familiares contratistas? ¿Qué papel jugaban en la cría y el cuidado de las vides? La descripción minuciosa de su activa participación en las numerosas labores diarias que demandaba la producción de vid nos lleva a cuestionar un asunto central: la extendida idea de que el trabajo productivo siempre es remunerado y que la falta de retribución sólo ha afectado a las tareas reproductivas. Así como ?la desestabilización de las fronteras entre el espacio de la producción y el de la reproducción? posibilitó ?reconocer como trabajo remunerado, por ejemplo, tareas que no habían sido consideradas de tal modo, como las de servir y las del mercado del sexo? , el caso aquí abordado muestra cómo la retribución está condicionada por las relaciones sexo-genéricas, ya que ciertos trabajos agrícolas recibían remuneración según quien los ejerciera.Además, la reconstrucción de las particulares características que adquieren las labores productivas y reproductivas en el contexto rural revela que la usual organización familiar del trabajo agrario en el régimen de contratistas de viña fue un rasgo usufructuado por las patronales para maximizar sus ganancias. Las páginas que siguen muestran que al criar y cuidar de las viñas, las huertas y los animales de la finca las mujeres lograban sustentar a sus familias y también garantizar los amplios rendimientos de la burguesía vitivinícola local que, paradójicamente, desestimaba su papel como trabajadoras y las consideraba ayudantes del varón contratado. Abordar en perspectiva histórica el trabajo desarrollado por las mujeres de las familias contratistas también permite acercarnos a un área prácticamente inexplorada por la historia social del trabajo con perspectiva de género en Argentina. Los escasos estudios disponibles se han enfocado en la inserción esporádica de las mujeres en las cosechas, en las representaciones sociales sobre las mujeres rurales, en la participación femenina en las organizaciones agrarias de la región pampeana y del Noroeste entre 1930 y 1960 y en la lucha de trabajadoras azucareras frente al cierre de ingenios durante la autodenominada Revolución Argentina . Esta investigación se constituye en un aporte al concentrarse en mujeres rurales de la región de Cuyo, tema que no registra antecedentes, excepto por un trabajo que aborda principios de siglo . Asimismo, prestar atención al trabajo productivo cotidiano de las mujeres rurales resulta novedoso si tenemos en cuenta que su presencia en la agricultura se ha considerado limitada al momento de las cosechas o a situaciones de crisis, circunstancias en que las mujeres ?brindaban sus brazos para cualquier labor?, funcionando como ?mano de obra de reserva? .Este artículo se apoya en testimonios de ex contratistas y concentra su atención en las décadas del ?60, ?70 y ?80, momento en que comenzó a gestarse una crisis que culminará en el agotamiento del modelo productivo imperante, basado en la explotación de vides comunes para el mercado interno. Así, abordamos la última etapa de un modo de producción y unas relaciones laborales que se transformaron radicalmente con la reconversión productiva de los ?90, que orientó la producción hacia varietales finos para el mercado externo. A partir de ese momento se produjo un marcado declive de la modalidad de contratos y una diversificación de las formas de contratación y empleo en la vitivinicultura. Una de las novedades más relevantes que trajo la reconversión fue el creciente reclutamiento de mujeres como trabajadoras asalariadas independientes del grupo familiar.