El lugar del peronismo en la historia de la ciencia en Argentina

COMASTRI, HERNÁN

Cuadernos Iberoamericanos

Instituto Estatal de Relaciones Internacionales de Moscú

Año: 2022

2409-3416

Durante su primera apertura de las sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, el 1 de marzo de 2020, y dada la relativamente alta proporción de investigadores y académicos que componían el mismo, Fernández se refirió a su gabinete de ministros como un “gobierno de científicos”. La frase, nuevamente, fue motivo de polémicas en amplios sectores de la sociedad y de los medios masivos de comunicación. ¿Por qué esta caracterización generó semejante polémica? ¿Qué es lo que estaba en discusión detrás de la evaluación de la experiencia profesional de ministros y secretarios de gobierno? ¿Por qué, para muchos sectores, la sola mención a la ciencia resultaba fuera de lugar en boca de un gobierno peronista?La respuesta a estas preguntas descansa sobre las formas en que tradicionalmente se escribió la historia de la ciencia en el país y se construyó una memoria social sobre su relación con el peronismo. Con muy pocas excepciones, durante toda la segunda mitad del siglo XX había sido dominante una interpretación sobre la relación peronismo-ciencia ya no en clave crítica, sino más bien en la clave de la antinomia. Así, la historia de la ciencia durante el primer peronismo (1946-1955), por ejemplo, era en buena medida descartada de antemano como un no-tema, y la historia de la universidad, de los científicos y de las instituciones especializadas del sector era pensada a través de las diversas expresiones de luchas, persecuciones y resistencias eminentemente políticas, con las voces autorizadas de la ciencia en un extremo y un peronismo monolítico en el otro. Parte de la renovación en los estudios sobre el peronismo que se mencionó antes, sin embargo, ya ha demostrado lo artificial de esta imagen del monolito peronista y, en ese mismo proceso, ha abierto nuevos temas de investigación antes considerados carentes de cualquier valor historiográfico (por ejemplo: Mackinnon, 2002). De la misma manera, se ha reconstruido un escenario más complejo de la vida intelectual (Fiorucci, 2011; Korn, 2017) y de la producción cultural (Panella y Korn, 2010, 2014, 2016 y 2019) bajo los gobiernos peronistas que permite poner en discusión la antigua imagen de un movimiento político invariablemente enfrentado a toda expresión de la llamada “alta cultura”. Todos estos desarrollos resultan útiles a la hora de revisar los antiguos presupuestos sobre la relación entre ciencia y peronismo.