INVESTIGADORES
ZUKERFELD Mariano
artículos
Título:
La piratería descomunal
Autor/es:
ZUKERFELD, MARIANO
Revista:
Crisis
Editorial:
Colectivo Editorial Crisis
Referencias:
Año: 2012 p. 50 - 53
ISSN:
0325-7444
Resumen:
La piratería no es un fenómeno marginal fogoneado por los parias del reino de la innovación; es una forma de explotación cognitiva que se sitúa normalmente en el origen de las firmas, ramas y países exitosos, precisamente, en la acumulación de conocimientos. Como los economistas saben y los diplomáticos callan, todas estas unidades de producción se han comportado y se comportan de una manera altamente pragmática: emplazan y desplazan normas e imaginarios de acuerdo a la propia posición en tal proceso de acumulación. El capital, así, con el hierro de la ley y el cemento de la ideología, forja una frontera caprichosa. De un lado, el mar de los piratas pequeños: ruines galeras o módicas computadoras tomando posesión de islotes cognitivos. Algunos serán socializados; otros, afiebradamente comercializados. Del otro lado, el océano de las flotas imperiales,  la expoliación  descomunal pura. Al primer territorio lo llama piratería, y le aplica los rigores del caso; al otro, lo nombra empresa, y en él navega orgulloso. Pero, claro, aunque formalmente negado, el tránsito entre unas aguas y las otras es la norma del crecimiento de las corporaciones del saber. Y esta es la última cuestión decisiva que debemos subrayar: las unidades productivas pasan por distintas etapas en relación a la propiedad del conocimiento. En un primer momento, la piratería es rampante: se desconocen lisa y llanamente los derechos de otros titulares. A partir de cierto nivel de acumulación, sin embargo, se empieza a requerir que los terceros individuos, firmas, países- respeten los derechos que la unidad productiva ha podido establecer. Pero para obtener el reconocimiento de la propia titularidad ha de aceptarse la de otros. Consecuentemente, se debe detener, en cierta medida, la copia impaga de saberes ajenos. Hay que pagar licencias, establecer acuerdos, sancionar nuevas leyes o avenirse a las existentes. En ese camino para que otras unidades productivas reconozcan los derechos de la propia, se apela a toda clase de estrategias discursivas. En la familia del capital, aunque no sólo en ella, la gracia del presente descansa en la negación del pasado, en el ocultamiento de antepasados vergonzantes. Por ende, los relatos ideológicos se caracterizan por silenciar el hecho de que las firmas que mercantilizan el conocimiento sólo lograron ser exitosas haciendo lo contrario de lo que recomiendan. >No se trata, sin embargo, de impugnar éticamente las mentiras de las multinacionales?. Las empresas actúan como tales, y ello no debería causar sorpresa ni estupor. Lo que sí resulta llamativo es que muchos periodistas, políticos, activistas y académicos de las periferias globales crean que han de seguir el camino que los países exportadores de propiedad intelectual les dicen que recorrieron, y no el que siguieron efectivamente.