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Quienes se hayan acercado a la historia del anarquismo en Argentina sabrán que tanto desde el testimonio militante como desde la historiografía académica, se ha privilegiado el análisis de su relación con el movimiento obrero organizado. Cuando Diego Abad de Santillán ―reconocido militante y uno de los primeros historiadores― relata y cierra el ciclo dorado del anarquismo argentino en 1910, menciona el cruce particular del anarquismo local con la bohemia, el teatro y la poesía de principios de siglo. Sin embargo, ese tipo de aspectos del legado libertario serán recuperados mucho más tarde, a instancias de los cambios al interior del campo historiográfico y a partir de que algunas dimensiones ―como la cultura, la vida cotidiana, la estética, el mundo privado, la voz de los dominados― ganaran espacio en tanto objetos de estudio legítimos. Este artículo se propone, en primer lugar, hacer un recorrido por los principales hitos de la historiografía sobre el anarquismo en Argentina teniendo en cuenta su tratamiento de la cuestión sexual. Sintetizo como cuestión sexual los discursos acerca de la emancipación de la mujer y sobre las relaciones afectivas y sexuales; tópicos recurrentes en el anarquismo en general, pero que ofrecen aristas particulares en su devenir argentino.El segundo objetivo de este trabajo será reponer, desde una perspectiva relacional del género, el diálogo polémico de varones y mujeres anarquistas en torno a la cuestión sexual a través de la lectura paralela y cruzada de la prensa y la folletería de la época. Se atenderá especialmente al modo en que las mujeres acceden al ejercicio de recitar la doctrina en primera persona y a la manera en que disponen en sus textos las críticas recibidas. Finalmente, este artículo intenta proponer una relectura del anarquismo local en relación con la cuestión sexual.

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