La educación secundaria técnica en pandemia en Argentina. El desafío de sostener el espacio de las prácticas

JACINTO, CLAUDIA; GARINO, DELFINA; MILLENAAR, VERÓNICA

Ciudad de Buenos Aires

Congreso; IV Coloquio de Investigación Educativa en Argentina la Investigación Educativa en el Nuevo Escenario Regional-Global: Tendencias Recientes, Alcances y Límites Teórico-Metodológicos; 2022

SAIE

La pandemia por COVID-19 que llegó a Argentina en marzo de 2020, generó como medida sanitaria principal a nivel mundial, la interrupción de las clases presenciales en todos los niveles (Zubillaga y Gortazar, 2020). Nuestro país también implementó esta medida como una de las principales estrategias de contención del virus, decretando la suspensión de las clases presenciales en todo el territorio nacional a partir del lunes 16 de marzo de 2020 (Resol. CFE nº 108/2020), e instalando el Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) a través del Decreto n° 297/2020 a partir del 20 de marzo. La medida de aislamiento poblacional supuso la interrupción de la posibilidad de circular libremente por el territorio nacional, lo cual afectó especialmente a las relaciones de producción y al mercado laboral, profundizando las desigualdades socioeconómicas (CEPAL, 2020; Salvia y Poy, 2020).Por su parte, la suspensión de la presencialidad escolar trajo aparejada modificaciones en las formas de escolarización tradicionales del nivel secundario, caracterizada por la presencialidad, la simultaneidad, la gradualidad, el cronosistema y la descontextualización de los saberes (Terigi, 2021). La educación secundaria técnica, como modalidad del nivel medio especialmente orientada a la formación para el trabajo, se vio especialmente afectada por las reconfiguraciones de las formas de escolarización en tiempos de no presencialidad. En efecto, la formación práctica en talleres es central en los diseños curriculares, presentando una fuerte carga horaria de clases en estos espacios y requiriendo infraestructura, maquinarias y materiales específicos según el perfil de egresado/a a formar en cada especialidad. Además, un componente particular de la educación secundaria técnica son las prácticas profesionalizantes, cuyo cumplimiento de 200 horas es obligatorio para que cada estudiante obtenga la credencial del nivel. Estas prácticas articulan teoría y práctica y se condensan la formación recibida durante todos los años de la carrera, presentando especificidades según el perfil técnico. Para su cumplimiento, se prevén distintas alternativas para la realización de las mismas, pudiendo implementar proyectos al interior de las instituciones, proyectos comunitarios, prácticas en empresas u organizaciones, emprendimientos, entre otros formatos posibles (Martínez, Garino y Fernández, 2020). A su vez, la no presencialidad generó que las distintas orientaciones dentro de la modalidad (Industrial, Agropecuaria y Servicios), atravesaran particularidades en la alteración de las formas de escolarización, en función de las maneras en que lograron responder a las nuevas formas de cursada.A partir de los planteado, esta ponencia se orienta a presentar resultados respecto de la alteración de las formas de escolarización en escuelas secundarias técnicas de Argentina en contexto de pandemia, en torno a dos dimensiones principales: el espacio de la práctica en los talleres y en las prácticas profesionalizantes, y las especificidades según orientaciones, desde las voces de los/as directores jurisdiccionales de educación técnica de las 24 provincias y CABA, así como desde la Dirección General de Educación Técnico-Profesional de INET.